quince

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El menor decidió escoger un traje blanco junto con su madre.

—El blanco es señal de pureza — habla está mirando encantada el traje.

—No creo que yo sea tan puro — susurra a lo que Ryung ríe — ¿Te gusta este traje, cariño? — la pequeña intenta agarrarlo.

—Al parecer si le gusta — habla la madre de Minho.

Jisung se encontraba fascinado con el traje, jamás pensó que se iba a casar y menos a esa edad con un tipo mágico de otra época.

—P…pa — La pequeña comienza a balbucear a lo que hace que las personas a su alrededor se emocionen.

—¡Sus primeras palabras! — dice emocionada la reina. Esta inmediatamente llama a Minho para contarle que su hija iba a decir sus primeras palabras, a lo que este de inmediato corre hasta ellos.

—P-pa… p-pa… p-papá… ¡Papá! — logra decir por fin para luego comenzar a reír.

Jisung pudo sentir como un cálido sentimiento se apoderaba de su pecho, era la sensación más hermosa que había sentido, tanto que incluso no dudo en comenzar a llorar de la felicidad.

Minho corrió hasta Ryung, la cual lo esperaba con los brazos arriba para que la cargase. Así que él no se opuso en lo más mínimo.

—¿Puedes decirlo otra vez, amor?—Le susurró, con cariño.

La pequeña pareció intentarlo con bastantes ganas, pero luego de pocos segundos se arrepintió. Un nudo se formó en el estómago del príncipe, que esperaba ansioso escuchar la voz de su pequeña niña, y así fue.

“papá… papá”

Abrió los ojos con sorpresa, y tras poco tiempo las lágrimas rebasaron los mismos. La emoción podía mucho más que cualquier otra cosa, y Minho era consciente de ello.

“Hola, pequeña.”

Jisung, por su parte, no parecía entender lo que estaba ocurriendo, lo que le hizo un poco de gracia al mayor.

Minho caminaba por la tienda en busca de un traje que le agradase lo suficiente. Su prometido ya había encontrado el suyo, pero por algún motivo le habían prohibido verlo. Así que, estuvo dando vueltas al azar por los pasillos con Ryung en brazos mientras que Chris solo observaba como la pequeña balbuceaba y se reía.

—¿Aún no has conseguido nada? — el menor le pregunta a Minho luego de pagar su traje — ya llevamos mucho tiempo aquí.

Asintió en dirección a Jisung y procuró seguir observando por los pasillos. Luego de poco tiempo un tono en especial logró captar su atención.

Miró con detenimiento el traje. La tela de un tono azul marino, totalmente lisa. En el cuello y bordes de las mangas se podía notar un fino bordado que fácilmente podría tomarse como los que hacían antiguamente en el barroco, éste era color oro. Por dentro, un chaleco del mismo tono del saco, adornado con unos botones dorados que le dan un toque sofisticado al conjunto. La camisa, de un blanco aperlado que solo consiguió encantar más al joven príncipe.

Para Minho aquel traje era toda una maravilla.

—¿Te gusta ese? — pregunta el menor mientras se apoya en su hombro — es perfecto.

Este toma el traje y lo lleva a toda prisa con la cajera. La chica lo felicitó por su elección y entregó su ticket de compra.

Al momento en que todos salieron de aquella tienda Minho sintió un compromiso menos en sus hombros, y ahora solo pensaba en comer algo, así que se volteó hacía sus acompañantes y habló:

Dulce amor | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora