Firmame una teta [Shang QingHua x Shen Jiu]

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Shen Jiu se esperaba muchas cosas cuando su marido le contó su anhelo de escribir novelas y venderlas.

Cosas como desvelos, montones de papeles -algunos regados en el piso y la mesa-, bostezos entre el día, manchas de tinta en su cara y manos (eso le hacía ilusión, Shang QingHua solía mancharse de tinta la cara cuando se tallaba los ojos y se miraba terriblemente adorable), papeleo y reuniones con los editores y distribuidores, etcétera.

Sí, se imaginó cientos de escenarios.

Pero nunca, nunca, NUNCA, se imaginó que vería en primera plana a su marido con un pincel en mano y a una chica abriéndose el escote para que le firme una mama.

[...]

La situación había ocurrido así:

Shang QingHua tuvo éxito con sus novelas (que las tramas eran desconocidas para Shen Jiu) y se expandieron por todo el territorio chino, haciendo que tuviera que empezar a presentarse en firmas de libros.

Shen Jiu no era fan de lugares concurridos y menos con gente aficionada a algo, pero Shang QingHua iba realmente lejos esta vez. Entre promesas de muchos postres dulces, maravillosas vistas y unas merecidas vacaciones, Shen Jiu accedió a acompañarlo.

En la primera firma había estado a una buena distancia, lejos de la muchedumbre. Simplemente observó el desarrollo del evento mientras se paseaba por los pasillos de la librería.

Todo iba bien hasta que empezó a fijarse en el rostro de las personas cuando estaban frente a QingHua.
Muchas mujeres salieron de su asombro y cambiaron su voz a una más dulce y amable mientras hacían toda clase de artimañas para tocar por más tiempo las manos de su marido.

Algunos hombres incluso sostuvieron sus manos por largos minutos mientras lo elogiaban hasta quedarse sin aire.

Shen Jiu sintió el libro doblarse debido a lo fuerte que lo sostenía.

Se sabía una persona celosa. Lo sabía desde el momento uno, cuando todavía era solo el hermano marcial de Shang QingHua y empezó a sentir un nudo en el estómago y rabia carcomiéndole el pecho cada que QingHua mencionaba haber pasado tiempo con algún otro hermano de la secta.

Siempre fue posesivo con Shang QingHua. Una vez que se casaron no hubo quién quisiera echarle siquiera una mirada a QingHua, conociendo la ira de Shen QingQiu.

En pocas palabras, era una persona celosa, aunque QingHua nunca le daba motivos para serlo.

Si arrojó el libro a un lado, si se apresuró a llegar a la mesa de firmas, si apretó con fuerza la muñeca de la persona que sostenía la mano de su A-Hua, y si su sonrisa falsa no pudo apaciguar la furia en sus ojos... Nadie podría mencionarlo, no si quería volver con vida a su hogar.

Fue así que Shen Jiu terminó sentado junto a su marido en todas las firmas de libro, mirando perspicaz cada uno de los movimientos de los fanáticos.

Había sido solo UN descuido, un pequeño momento para pedir más agua para el té, que todo se volvió turbio.

-Señor Sha Qing Huan, admiro mucho sus obras y la forma en la que describe los sentimientos. Soy una gran admiradora de todo usted-tomó una pequeña pausa para bajar la mirada y mirarlo a través de sus pestañas-. Así que... ¿Podría usted firmar mi busto? Por favor.

Shang QingHua perdió todo brillo y expresión de la cara, quedando completamente en blanco.
Shen QingQiu, a unos pasos detrás de la escena, casi deja caer la tetera; sintiendo las venas de su frente hincharse.

-Sería un honor para esta humilde tener sus letras en la piel, por lo que he decidido que de conseguirlo me tatuaría estas.

QingHua no pudo mencionar palabra alguna. Y cuando sintió una pesada presencia detrás suyo solo pudo empezar a reír nerviosamente.

One-shots de SVSSS [The Scum Villain's Self-Saving System]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora