LBH embarazado

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Uno pensaría que el temible y oscuro Emperador del Reino Demoniaco solo podría aumentar el miedo que infundía si su poder crecía.

No fue así.

El crecimiento que incrementó el miedo que provocaba, era el del bebé dentro suyo.

Luo BingHe, el Emperador Demoniaco, estaba embarazado. Estaba en el terrible octavo mes, por lo que ya estaba redondo y adolorido.

¿Le quitó una migaja de poder celestial? Absolutamente no. Ya quisieran sus enemigos.

Nadie sabía quién sufría más el terrible octavo mes, si el emperador o sus súbditos. El emperador no solía quejarse sobre su embarazo para nada y cuando el médico humano que lo atendía llegaba al palacio, silenciaba la habitación con talismanes.
Los que sí se quejaban sin parar eran los sirvientes, explotados al máximo por el malhumorado emperador.

Cuando el consorte no estaba en el palacio todos deseaban que se abriera el Abismo Sin Fin y se los tragara, era mejor que soportar al Emperador ladrando órdenes y reprendiendo a los que respiraban de la manera incorrecta.

El pobre demonio Siete Brazos salió de la cocina con solo un par de brazos después de un antojo del emperador que no cumplió sus expectativas. Había salido arrastrando los pies y chorreando sangre, llorando como un niño patético.
Todos los sirvientes le escupieron mientras avanzaba por el pasillo. ¡Ellos tendrían que soportar al Emperador enojado ahora!

Tres Oídos, una demonio pequeña y escurridiza, aseguró haber escuchado al Emperador Luo quejarse por el antojo de "pastel" cuando estaba en la biblioteca con Consorte Shen. Nadie entendió que era un pastel y no le creyeron, hasta que Consorte Shen apareció en las cocinas con una sonrisa nerviosa y supieron que nada bueno les deparaba.

Consorte Shen pidió la cocina para hacerle un postre al Emperador, pero todo terminó embarrado de harina y masa. Había leche en algunas partes del piso. Consorte Shen tenía el cabello tieso, sucio y las cejas blancas. En medio de la mesa había un monstruo terrorífico y pegajoso, al que todos creyeron el hacedor de todo el desastre de la cocina.

Resultó que en vez de un tipo de bestia Masa Madre, era el postre que Consorte Shen quería darle al Emperador.

—¿Ven? Ahora solo debo empezar de nuevo y hacer el bueno.

Mientras decía esas palabras, Consorte Shen enterraba un cuchillo en el postre. Cuando el cuchillo llegó hasta abajo y jaló para sacarlo, el cuadrado explotó y toda su cara se llenó de masa.

A día de hoy nadie sabe cómo le hizo para que se quemara el pan por fuera y permaneciera crudo por dentro.

Lo que sí saben es que Consorte Shen se aseó y fue al Reino Humano lo más rápido posible, volviendo por la noche con el famoso pastel. Todos los cocineros quisieron echarle un vistazo para poder replicarlo en un futuro, pero Consorte Shen no quiso hacer esperar al Emperador ni una varita de incienso más.

Tres Oídos también escuchó una conversación entre Consorte Shen y el Consorte del Norte. Consorte Shen se quejaba de lo mucho que el Emperador Luo estaba sediento de sexo y cómo se tenía que negar por el bien del bebé.

Tres Oídos alzó una ceja ante lo que oyó y se fue agitando la falda con molestia. Se reunió con Madam Meiyin y le pidió que hablara con Consorte Shen para que satisficiera al Emperador. ¡Era inaudito que le negara las actividades sexuales en pleno embarazo! ¡Eran vitales para la salud del bebé!

Madam Meiyin estuvo encantada de orientar al Consorte Shen y rectificarlo de su error, explicándole que en la cultura demoniaca el sexo durante el embarazo era esencial. Incluso había un ritual para asegurar la salud del bebé en el que las madres eran penetradas por el padre mientras tenía contracciones.

One-shots de SVSSS [The Scum Villain's Self-Saving System]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora