La maldición de Vecna (¿Eddie Munson o Steve Harrington?)

Culpa

Tic-tac
Tic-tac
Tic-tac
Tic-tac

4 campanadas

-Max. -Dijo Nancy.

Steve la miró alarmado.
Hubo un terremoto.

-¡Debemos irnos! -Gritó Steve.

[...]

Dustin y Emma sintieron aquel terremoto.
Ambos se miraron con miedo, aún en el suelo junto al cuerpo de Eddie.

-¡Debemos irnos! -Escucharon a Steve gritar a lo lejos. Venía corriendo junto a Robin y Nancy.

-¡No podemos dejarlo aquí! -Gritó Emma, refiriéndose al cuerpo de Eddie. Para ese punto ya Emma había colapsado, ya no quería ser fuerte, ya no podía.

Steve la miró.
Sus ojos llenos de lágrimas, su nariz roja sus mejillas totalmente rojas, estaba destrozada.
No podía creer que Eddie había muerto, no podía creer que Emma después de verla de nuevo feliz pasara por esto otra vez.

-Emma, Steve tiene razón. -Dustin la miró. -Yo tampoco quiero pero debemos irnos. -Dustin limpiaba sus lágrimas.

-No quiero Steve. -Lloraba ella. -No quiero. -Negaba con la cabeza.

Steve la miraba y sentía un nudo en su garganta.
De verdad que no era justo.

-Steve, debemos irnos. -Robin miró a Steve y luego miraba a Emma con lástima.

Steve se acercó a ella.
Nancy y Robin ayudaron a Dustin a ponerse de pie y empezaron a correr.

-Ven Emma. Vamos. -Le dijo Steve, en una tono suave.

Emma se volteó y se lanzó al cuello de Steve, él la abrazó.

-No es justo. -Decía ella entre sollozos. -No es justo.

-Sé que no es justo. -Dijo él mientras la levantaba del suelo. Luego la tomó en brazos y empezó a correr con ella.
Emma solo se agarro muy fuerte de Steve, abrió sus ojos un momento y a lo lejos vio el cuerpo de Eddie tendido en el suelo.
Se le rompió el corazón, una vez más, tenía su corazón totalmente roto.

Habían llegado al otro lado con éxito, pero notaron cómo se había cumplido lo que había dicho Vecna, se habían abierto cuatro de los portales a lo largo de Hawkins.
Steve dejó a Emma en el suelo.

-Ven acá. -Le murmuró Robin.

Emma no lo dudo.
Se fue hacía Robin abrazándola mientras seguía llorando.

Steve abrazó a Dustin, quien también se encontraba muy destruido.

-Lo siento muchísimo. -Le murmuró Robin. -No te mereces esto, no te lo mereces.

-Debemos averiguar sobre Max. -Dijo Nancy.

Emma abrió los ojos y miró a Nancy alarmada.
Nancy notó esto.

-Sonaron cuatro campanadas. -Explicó Nancy.

-No. -Murmuró Emma. -Max.

[...]

Emma había regresado a su casa, como cada uno de ellos.
Entró y todo estaba completamente oscuro.
Prendió una de las luces.

-¿Mamá? -Preguntó.

Pero no hubo respuesta.
Emma se encontraba realmente sucia, adolorida, tanto físicamente como en su corazón.
Ya sabía lo de Max y también se culpaba, ojalá hubiera sido ella y no Max.
De hecho, le tocaba a ella no a Max.
Camino casi arrastrando los pies hacía el baño, se deshizo de su ropa y entró en la ducha, donde lloró otro rato.
Solo pensaba en Max y Eddie.
Se sentía culpable.
Cuando salió se secó y se colocó la pijama, aunque sabía que no iba a dormir, todo esa noche Emma lloro.
Debió dejar que el murciélago la matara, debió ser ella la que se sacrificara y no Eddie, debió ser ella la que tomara el lugar de Max, debió ser ella la que muriera el día que Billy se sacrificó.

[...]

Al día siguiente se encontraba en su habitación.
No se había levantado aún, estaba enrollada en sus cobijas, ya no lloraba, no tenía lágrimas.
La puerta de su habitación sonó.

-¿Mamá? -Preguntó esperanzada.

La puerta se abrió lentamente, dejando ver a Steve en el marco de la puerta.

-Hola. -Murmuró él. Esto le traía recuerdos a él.

Ya había visto a Emma así por Billy, pero jamás creyó verla de nuevo tan destruída.
Ella solo lo miró un momento y estiró sus brazos, como una bebé.
Steve entendió de inmediato y rápidamente se metió en la cama y la abrazó, ella se acurrucó en el pecho de él y empezó a sollozar de nuevo.

-Aquí estoy. -Murmuró él. A Steve le destrozaba verla así.

-Todo es mi culpa Steve.

-Claro que no Emma, nada es tú culpa. -Respondió Steve.

-Mejor hubiera ido yo en lugar de Max. -Sollozó ella.

-Max lo lograra Emma, ella es muy fuerte.

Emma limpio algunas lágrimas con la manga de su pijama.

-Debí dejar que ese maldito murciélago me matara. -Dijo en tono neutro. -De verdad lo intenté, intenté ir hacía Eddie.

Steve la escuchaba, sabía que necesitaba desahogarse.

-Lo intenté, no como con Billy que me quede de pie sin hacer nada. Fui detrás de él, corrí detrás de él...pero eran demasiados. Debí saber que Eddie iría detrás de mi, debí saberlo.

Steve acariciaba la espalda de Emma, tratando de reconfortarla.

-Eddie es un héroe Emma, y tú fuiste muy valiente.

-Él héroe de un pueblo que lo detesta. -Respondió ella.