Capitulo 2

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Cuando había abierto la puerta de su departamento para irse a su trabajo encontró algo que para el parecía  algo peculiar encontrar en la puerta de cualquier  departamento.

Comida para gato, unas gladiolas rosas y una nota.

Sabía que las gladiolas rosadas  estaban relacionadas con las citas y la suerte que se le desea a alguien.

Tal vez le están deseando suerte, porque dudaban que lo están invitando a una cita.

La nota no tenía la mejor letra, pero se entendía que era la importante.

Dile a tu gato que es un regalo de mi parte para ver si me empieza a querer
Atte:El narcisista "

La nota le dio algo de risa a decir verdad ¿En serio le había mandado comida a su gato? Bueno, su gato tenía un poco más de comida.

Pero la mala suerte de su curioso vecino su gato no lo iba a empezar a querer de esa forma.

Entro nuevamente a su departamento, guardo la comida y busco un vaso ya que no tenía un florero, le hecho agua a el vaso y coloco las gladiolas en el para que no se marchiten tan rápido.

Eran lindas, no lo negaría y le gustaría tenerlas unos días decorando su departamento antes de que murieran.

Ahora sí se dispuso a ir a su trabajo antes de que se le hiciera tarde.

Tomo el metro mientras escuchaba música con sus audífonos, eso se había vuelto costumbre.

Había pasado varias semanas luego de ese  extraño encuentro. No había visto de nuevo a el chico llamado Dazai, si no se equivocaba debía tener como su edad.

Hoy su día estaba resultando increíblemente tranquilo, cosas que le hacía pensar en muchas cosas.Sabia que esas tranquilidad no duraría mucho, lo presentía.

Y efectivamente fue así.

Un estruendo se escuchó en alguna parte de la biblioteca y un suspiro largo salió de su boca,  aveces odiaba tener razón.

Fue a el lugar en donde había escuchado el sonido. Encontrándose con una escena algo peculiar.

Un estante se había caído.

—¿Cómo pudieron tumbarlo?—Se pregunto en su mente.No le dolía tanto recoger todos los libros (Cosas que al parecer le iba a llevar toda la tarde) Si no que hoy, justamente hoy, había terminado de organizar los libros de ese estante.

—Fue sin culpa, estaba tratando de agarrar un libro y esa cosa se me vino encima—Al parece ya había encontrado a el causante de esto—Yo estoy bien por si se pregunta.

Era su vecino.

—Pues eso no me lo había preguntado—En realidad no le importaba mucho La salud de la Persona que le había dado más trabajo — ¿Y que paso? ¿Intento escalar el estante o algo?—Pregunto en forma de broma, nadie podía ser tan tonto como para hacer eso... O tal vez si, el castaño había activado la alarma de incendios sin culpa.

—Puede ser...—Contesto con una sonrisa nerviosa, hasta que vio al empleado de esa biblioteca a la cual no volvería entrar, o esos eran sus planes—¡Fyodor! No sabía que trabaja aquí—Dijo alegre.

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