Capitulo 9

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Estaban en el cuarto del ruso. Era de noche y el menor estaba sentado en la orilla de la cama y el peli-negro en el suelo.

El Omega peinaba en silencio el cabello del ruso y este solo estaba viendo un punto muerto en el suelo.

—Tu pelo es lindo—Acariciaba el menor el cabello del contrario— pero estaba bastante enredado ¿Cómo  te lo enredaste tanto? Lo tienes liso—Pregunto mientras volvía a pasar el cepillo.

—Los pelos lisos también se enredan, Dazai—Contesto —Ademas tengo que cortarlo—Confeso mientras se veia las puntas.

—Dejalo crecer, que te llegue a los hombros, así fácilmente podrían pensar que eres un ser inocente y los tendrías a tu merce, así podrías dominar el mundo—Confeso su plan inventado hace unos segundos—Ademas mira esta carita—Apretó las mejillas del mayor.

—¿Para que quisiera dominar el mundo?

—Para fines egoístas y malvados? No sé.

—Si quisiera dominar el mundo lo haría por alguna razón, tal vez para acabar con las injusticias o para lograr algún tipo de objetivo más específico que requeriría tener gran poder—Explico el peli-negro mientras movía sus manos —En realidad no se porque dominaría el mundo en primer lugar—Confeso ladeando un poco la cabeza—¡Ah!¡Me dolió!—Se apartó del contrario mientras sobaba la cabeza—Se hace con cuidado, no con odio.

—Tenias un nudo.

—¿Pero tenías que jalarlo?

—Sí.

—Dame el cepillo—Le quito el cepillo a el castaño y se terminó de peinar.

La felina llego a el cuarto maullando y se monto a la cama.

—Ah no, no quiero ese animal en la cama—Se quejo el menor bajando a la gata de la cama—Fuera—Le hizo señas con las manos para que de fuera.

Pelusita volvió a maullar viendo hacía su dueño.

—No me mires, no puedo hacer nada.

La gata fue debajo de la cama y se monto por atrás de Osamu y el cuando la sintió la volvió a bajar.

Y este proceso se repitió tres veces más.

—¡Fyodor!—Lo llamo en una quejo, se sentía como un niño frustrado—Saca a ese gato del cuarto!—Pidio—Me va a dar alergia—Se rasco la nariz y luego estornudo—Ya me está haciendo daño.

—Dejala—Acaricio a su mascota que estaba a su lado pidiendo que la montará en la cama.

—Fyyyyooooodooooorrrrr—Se quejo como niño malcriado—No la quiero en el cuarto, no tengo antialérgicos.

El peli-negro ignoro a el castaño con sus quejas y la gata al final si se había quedado en el cuarto, en el otro extremo de la cama lo más alejado de Dazai.

Ahora tres seres vivos estaban en la cama. El ruso y su gato por un lado y Dazai por otro.

El peli-negro daba vueltas en la cama una y otra vez.

—¿Que tienes?—Pregunto dejando su teléfono de lado.

—Dame tu mano—Ordeno el alfa.

El solo hizo caso y extendió su mano. Recibió una mordida en su muñeca.

—Deja!—Movia su mano para que lo soltaran, pero el peli-negro seguía mordiendo, no solo mordía su muñeca si no también sus dedos y palma—¡Malo, alfa malo!—Le empezó a golpear la cabeza para que lo soltara.

Solo abrió los ojos en sorpresa cuando sintió una mordida sobre sus vendas más fuerte que las otras en la glándula de feromonas que había en su muñeca.

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