Capitulo 22

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Se arreglaba su cabello mientras que el castaño se vestía.

—Voy a comer con t tus padres ¿Puedo ver el anillo?—Pregunto con una sonrisa el castaño mientras se amarraba la trenza del zapato.

—Ja, aún falta para eso.

—No es justo, yo ya tengo el tuyo—Saco de su bolsillo un anillo—¿Cuando tengo yo el mío?—Se quejo, se levantó y se dirgio a dónde estaba el peli-negro.

—Cuando decida pedirte matrimonio—Contesto, como odiaba su pelo aveces, lo peino mucho y ahora estaba peor de como estaba al principio.

—¿Y por qué tu eres el que debe pedir matrimonio?—Inquirió molesto.

—Porque así es como normalmente se hace, además, eres tú, eres demasiado flojo para hacer todo eso—Contesto, agarró una cola y se hizo un moño, problema resuelto.

—Fyodor Dostoyevsky—Lo llamo y se arrodilló—¿Te casarías conmigo?—Extendió el anillo.

—Osamu, levantate del suelo.

El castaño hizo una mueca de ofendido—¡¿Cómo te atreves?!—Pregunto ofendido—¡Te estoy pidiendo matrimonio!—Se quejo.

—¿No estabas jugando?

—¿Por qué estaría jugando? Estoy arrodillado en el suelo ante ti con una anillo en mis manos—Mostro el anillo.

—No se, tal vez porque es algo serio, estamos a mitad de una habitación todos mal arreglado y que el anillo ni siquiera tiene caja, Es verdad¿Por qué sería un juego?

—No te burles porque que soy muy sensible—Advirtio y luego agarró la mano del ruso—¿Si o no?

—Osamu, esto es estúpido, levántate.

—Es tu orgullo el que no te deja aceptar—Suspiro—Voy a tomarlo como un sí—Coloco el anillo en el dedo del pelí-negro.

—Me acabas de quitar una de las cosas que más quería hacer en la vida—Se quejo el peli-negro y vio el anillo—Pero está lindo.

—Calma, no es necesario que nos casemos ahora—Explico el Omega con una sonrisa.

—Es que tampoco pensaba en hacerlo.

—No importa puede ser entre unos a—Sintió una estocada en el corazón¡¿El había sido el único que había pensado que se casarían de una vez?! Había dicho eso para que no se sintiera presionado, pero esas palabras habían dolido—¿En serio?—Casi lloro.

—No pienso casarme ahora, Osamu, además. Tu también necesitas un anillo.

El castaño se levantó del suelo. Acomodo a el peli-negro para que quedara a espaldas a la cama—¡Eres un sol! Eres tan lindo—Abrazo fuertemente a el ruso tumbando lo a la cama y empezó a besarle el rostro—No sabes lo mucho que te amo, droga ambulante.

—Osamu, Sueltame—Pidio entre risas mientras el castaño besaba su rostro—Ah-Dazai—Se quejo cuando el castaño mordió su cuello.

—no tardaremos más de 20 minutos, así que aún nos queda tiempo—Sonrió y agarró las mejillas del contrario—Tengo en mente algo muy divertido—Sonrió con algo de maldad.

—No—Nego de inmediato—Se lo que piensas, no lo vamos hacer.

Solo sonrió con malisia.

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—Te había dicho que no-Se quejo el peli-negro—No se que parte se te pasó por alto.

—Pero a ver, no decías lo mismo hace 15 minutos—Se burló un poco y se terminó de acomodar la ropa—mas bien decías: Ma-

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