Capitulo 21

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Por primera vez beso a el castaño de menera desesperada y necesitada.

Cuando lo habían empujado adentro del departamento camino un poco y encontró a el Omega en el mueble desnudo mientras lloraba y el olor a canela cubría por completo el lugar mientras que un perseverante olor a lavanda también estaba en el aire.

No tardaron mucho en buscar sus labios y unir sus manos entre ellos.

Después de todo solo había una cosa en su mente y era el otro.

Cuando se tocaron sintieran que toda la ansiedad y tristeza se iban de sus cuerpos en segundos.

Las ropas del alfa también fueran desapareciendo corde pasaban los minutos.

—Alfa—Gimió el castaño enredando sus piernas en la cintura del contrario~Te necesito~

~Omega~

Ambos no reconocían sus voces cuando gemían diciendo sus castas y aveces sus nombres.

El peli-negro mordió el cuello del castaño y este gimio.

El ruso había empezado a dejar marcas por todo el cuerpo del Omega.

Agarraban sus manos fuertemente para que no se alejaran.

Querían sus cuerpos lo más juntos que se pudiera. Sentir cada centímetro del cuerpo del contrario

No sabe en qué momento un vaivén empezó entre los dos en el mueble.

~Me gusta~Gemía el Omega.

El solo echo de tener a su alfa consigo le gustaba.

Cuando el ruso lo beso de menera tan apasionada le sorprendió un poco. Pero poco le importaba porque siguió con el beso mordiendo los labios del contrario hasta hacerlos sangrar.

Solo importaban ellos en estos momentos.

Ambos se vinieron y el nudo empezó a crecer en él.

~Ah~ Como extrañaba está sensación de estar tan lleno.

Se seguían besando mientras aún seguían unidos.

Luego volvieron a reforzar la marca.

Luego los minutos pasaron y se quedaron dormidos por unos momentos.

Les esperaban unos días interesantes a ellos dos.

Podían decir que esos días fueran el cielo fácilmente. Solo ellos dos en el departamento sin interrupciones del mundos exterior, sin preocupaciones y solo concentrados en ellos.

Pero lamentablemente los bajaron de su cielo cuando sus celos se acabaron.

Dándose cuenta del gran desastre que era el departamento y ellos mismos.

Ambos estaban llenos de marcas oscuras por su cuerpo. Las vendas tiradas por distintos lugares del departamento y igual que la ropa que cargaban a principio de sus celos. Y con la espalda del alfa rasguñada hasta no más.

—Por dios—Se paso la mano por su rostro al ver a su pobre gato encerrado en una habitación y con la habitación también echa un desastre.

No sabían que podían ser tan desastrosos en sus celos.

Entro a su cuarto y el castaño aún estaba durmiendo plácidamente en enrollado en sus sábanas.

Abrió las cortinas.

—A levantarse, hay mucho que limpiar y lavar—Le jalaba la sábana a el Omega para quitarse la—Por empezar por estás sábanas.

—Dos horas más!—Pidio aferrando se de la sábana fuertemente.

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