Capitulo 8

211 34 12
                                    

Claro que sabía hacer un almuerzo.

El era inteligente, no debería ser tan complicado hacer un arroz y salmón.

No iba a dejarse vencer por un par de alimentos.

Empezó hacer el arroz. Fue fácil. Muy fácil para sus sospechas. Lo mismo pasó con el salmón.

Pero en su defensa en muy poco cuando cocinaba cosas así. Sabía que era básico, pero el aprendió a cocinar cuando se mudó para el departamento y nisiquiera había terminado de aprender.

Y se reusaba a dejar su orgullo y decirle a el pelí-negro que lo ayudara.

—Piensa en esto, si vas a un restaurante de cinco estrellas y te entregan un arroz un poco crudo supones que así es la receta. Pero si yo lo hago me regañas porque quedó crudo—Se quejo el castaño.

—Dazai, se te quemó el arroz y aún así quedó crudo.

-Pues así es la receta.

El contrario solo alzó una ceja—Se sincero, cuando me invitaste a tu departamento a almorzar esperabas que yo hiciera el almuerzo¿Cierto?—Pregunto con los ojos entrecerrados.

Le estaba dando la espalda a alfa con una sonrisa nerviosa. Lo habían descubierto—¡¿Pero que clase de personas haría eso?!—Pregunto ofendido volteando para ver a el ruso—¡Eres mi invitado! ¡Yo nunca haría eso!

—Ajá.

—Pero tampoco me negaría si tu querías hacer el almuerzo—Dijo con una sonrisa.

—Queria ver qué tan patéticas eran tus habilidades culinarias. Pero superaste mis espectativas.

—¿Esperaba que quedará peor?—Pregunto ofendido.

—No, quedó peor de lo que me había previsto, felicidades me sorprendiste—Felicito el peli-negro.

El estaba haciéndose el ofendido e herido.

—Eres malo, Fyodor-san—Hablo derrotado. Mientras llevaba la otra porción de arroz. Empezó a masticar y luego trago —Entonces ya no te cocinare en un futuro, siempre recordaré tus malvadas palabras que fueron directo a mí corazón—Otra bocanada de arroz—Cocinare solo para mí y dentro de unos años voy a tener unas habilidades culinarias increíbles que me vas a pedir que haga la comida—Hablo a el peli-negro mientras lo señalaba—Y yo me voy a negar, por tus crueles palabras que me haz dicho—Volvio a llevar otra porción a su boca—Lo vas a ver, voy a cocinar de manera espectacular y te vas arrepentir de haber dicho eso—Le prometió—Es más, eso va hacer dentro de tres años.

El por otra parte se había resignado a comer la comida en silencio mientras que el castaño repetía lo mismo pero con diferentes palabras—¿Algo más?—Pregunto mientras llevaba un pedazo de salmón a su boca.

—Sí, el aroma a lavanda se vuelve un poco más notable cuando estás relajado—Señalo mientras veía que se había servido bastante comida para su gusto—Ademas que aunque mis feromonas llegan hacer invasivas el pequeño y casi imperceptible olor a lavanda persevera—Agrego mientras veía a el peli-negro.

—¿Algo más?—Volvio a preguntar.

—Alicia del país de las maravillas era esquizofrénica.

—Era respecto a tus quejas de mis comentarios.

—Entonces no hay más nada, aparte que quiero ver cuándo me pidas que haga la comida porque voy a cocinar bastante bien—Hablo el castaño.

Una charla, un almuerzo y sin verse o hablarse por una semana y media.

Home Boy  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora