↳𝐆𝐎𝐎𝐃𝐁𝐘𝐄: 𝐍𝐢-𝐤𝐢 ♡

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—Narrado en segunda persona

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Narrado en segunda persona.

Pedido por Cuervogato, espero que te guste <3

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Estabas esperando en la parada de autobús a que el transporte llegara para llevarte a la casa de los chicos. Ni-ki te había citado, como de costumbre, allí, y aunque normalmente le gustaba llevarte a citas y decirte que era una sorpresa con mucha emoción en el tono, esta vez sonó serio y su voz resultaba apagada.

Te estabas martilleando a ti misma, no dejabas de pensar en qué podría suceder, aunque una parte de ti inocente y emocionada permanecía feliz, conocías mucho a Ni-ki y esa no sería la primera vez que te mintiera y fingiera para luego sorprenderte con un gran plan.

Suspiraste cuando llegó el autobús y te subiste tras pagar la entrada, le indicaste al conductor tu destino; el edificio de Hybe, y buscaste asiento en la parte trasera del todo, llenando tus oídos con música a través de los auriculares y despejando tu mente por un momento.

Suspiraste cuando llegó el autobús y te subiste tras pagar la entrada, le indicaste al conductor tu destino; el edificio de Hybe, y buscaste asiento en la parte trasera del todo, llenando tus oídos con música a través de los auriculares y despejan...

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Bajaste de este repleta de nervios, nunca estabas de esa forma cuando ibas a ver a tu novio; tenías un mal presentimiento. Tocaste al timbre del edificio con un poco de seriedad, nunca eras bien recibida, pero sabían que Ni-ki era tu novio y solo por ese hecho te permitían entrar. Pasaste una vez te abrieron, sorprendentemente bastante rápido, lo único que necesitaron fue tu nombre.

Llegaste hasta el ascensor y presionaste el botón hacia el hogar de los chicos, al cual ingresaste cuando Sunoo te abrió la puerta.

—¿Te encuentras bien? —notaste su mirada perdida, ojeras bajo sus ojos y su pelo un poco revuelto además de estos cristalizados. Insintivamente fuiste a darle un abrazo al verlo en semejante estado.
—Sí, no te preocupes —concluyó, aferrándose muchísimo a ti, de una manera poco corriente.

Te separaste dudosa, pero le dejaste así.

—¿Y Ni-ki?
—En su habitación, te espera ahí.

Pasaste por completo, Sunoo cerró y fue hasta el sofá, donde se sentó entee Heeseung y Sunghoon; ellos tenían la misma expresión abatida y seria.
La preocupación empezó a crecer en ti. Te preguntaste por un momento si le habría sucedido algo a Ni-ki o a alguno de los chicos, o si pasaría algo con el grupo, pero lo dudaste y te lo negaste rotundamente a ti misma; debía de ser otra cosa.

Pasaste a la habitación del japonés tras recibir una afirmación por parte de este al tocar la puerta. Solo con aquel "adelante" pudiste escuchar el momento claro en el que se le rompió la voz en mitad de la palabra, y cuando accediste, lo viste peor que a cualquiera de los otros tres chicos. Sus ojos miraban a un punto fijo en la habitación, el cual no eras tú, los cerró apretando estos y un par de lágrimas cayeron de cada uno de sus ojos, se deslizaron por sus mejillas y terminaron en el suelo de madera.

Cerraste la puerta y fuiste corriendo hacia él, dejaste tus cosas en cualquier parte. Te agachaste abrazando su cuerpo y mirando directamente su rostro, el cual por fin te observó a ti.
Sus ojos estaban completamente rojos, sabías que había estado llorando mucho tiempo, sus pupilas se dilataron pocos segundos después de que conectárais miradas y volvió a sollozar y a hundir su cabeza en tu hombro.

—Ni-ki, por favor, dime qué sucede...
—Belift —murmuró en un hilo de voz, su tono bajo, casi inaudible, y su respiración agitada crearon el conjunto perfecto para aumentarte los nervios hasta el punto en el que creías que tu pecho iba a estallar.
—¿Qué ha hecho la empresa esta vez?

Separó el rostro y puso sus manos sobre cada uno de tus hombros, fijó determinado la mirada sobre ti. Tragaste saliva ante su repentina seriedad, sabiendo que aquello no era ninguna broma.

—No me dejan estar contigo, Yangmi. Me han dicho que la relación puede perjudicar a mi carrera, y que tengo que elegir entre mis sueños o tú.

Tus ojos se cristalizaron, ahora entendías muchas cosas; por qué los chicos lloraban, por qué él lo hacía y por qué la empresa había decidido abrirte la puerta rápidamente, sabían que Ni-ki había tomado una decisión y tenías que saberla antes que nadie al estar implicada.

Ni-ki había decidido dejar el grupo para estar contigo.

¿Por qué lo has hecho, Ni-ki? —susurraste, rompiéndote por dentro y por fuera.
—Lo siento. Lo siento mucho, no me quedaba otra elección, Yangmi... estar aquí es mi sueño, el grupo lo es, he trabajado mucho para esto y...

Dejaste de escuchar sus excusas, sus balbuceos, percatándote de que la opción abandonada fuiste tú y no el grupo... y no podías culparlo, porque Ni-ki hizo mucho para estar allí, arriesgó todo sin saber si obtendría lo que quería, y lo hizo, y no eras quién para cambiarlo ni arrebatarle su felicidad.

Ahora eras tú quien quería derramar lágrimas hasta que te picaran los ojos, pero te mantuviste fuerte todo lo que pudiste. Estas caían sin previo aviso, pero tú no sollozabas y tratabas de controlar tus emociones a pesar de estar a punto de desbordarte.

—No llores —pediste afligida. Aquello era complicado—. Ni-ki, no llores, está bien, lo entiendo.

Nunca soportaste ver a tu alegre y carismático novio en ese estado, y nunca imaginaste que la causa fuera vuestra ruptura, siempre lo viste tan lejano, y ahora... ahora estaba presente, acababa de decirte el motivo que desencadenaba vuestra separación y eso era muy difícil de creer para ti.

Ahora todo volvía a cobrar sentido; la pena de los chicos, la rapidez con la que te abrieron para que pronto se terminara todo y no fueras un estorbo en la carrera musical de Ni-ki, el mal presentimiento que tenías, el llanto tan intensificado del japonés...
De tu novio.
No, tu ex novio.

Sentiste cómo tu corazón se quebraba en mil pedazos que iba a costar reparar, llevabas con él desde antes de que entrara a I-land y su estúpido contrato fue roto incluso antes de haberlo firmado, Belift aguantó mucho, ambos llegásteis a creer que podríais seguir juntos, pero debiste suponer, la primera ante los comportamientos de la empresa, que no eras bienvenida en la nueva vida de Ni-ki.

Te separaste de él, alejaste sus manos de ti, no querías hacerlo más difícil de lo que ya era.

—Te quiero mucho —susurró este, cabizbajo.

A punto de romperte, te diste la vuelta asintiendo, a punto de salir.
—Yo también —hablaste... y en ese momento tu garganta chirrió, tu voz se rompió y no pudiste evitar llorar alto.

Notaste sus brazos cálidos que ahora eran fríos y distantes abrazando tu cintura, probablemente por última vez, o al menos la última vez siento pareja.
Pero no sería la última vez que os abrazárais sabiendo que, al irte, ambos os íbais a extrañar demasiado, vuestros besos y vuestros momentos juntos, ahora, para siempre.

...

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora