𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 | ENHYPEN ✓

↳ 𝐇𝐎𝐖 𝐂𝐎𝐔𝐋𝐃 𝐘𝐎𝐔: 𝐉𝐚𝐤𝐞 ♡

— Narrado en tercera persona.
— Triste.
— Pedido por: eokhel

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Yangmi rebuscó sus llaves en su bolso, sintiéndose mal, sucia, pero también eufórica y con la adrenalina recorriendo su pecho. Tenía sentimientos encontrados con respecto a lo que hizo, pero por el momento solo quería encontrar sus llaves para abrir sin tener que tocar al timbre, subir y dormir. Era tarde, en la madrugada, y suponía que todos estarían durmiendo.

Fuera llovía y ella se cobijaba bajo el pequeño tejado minúsculo sobre la puerta del edificio. Comenzó a meter la llave, pero sus manos temblaban de repente y no lograba abrir.
Repentinamente, la puerta se abrió desde dentro, y una figura demasiado conocida para ella salió a gran velocidad con enfado. Con decepción.

Cuando se dio cuenta de que Yangmi estaba allí ya, y ella se echó para atrás, evitando que chocara con su cuerpo, los ojos del australiano se encontraron con los suyos.
En ellos veía dolor y aquella decepción que ya había percibido en sus movimientos. Se sintió estúpida, pero aún tenía aquellos sentimientos confusos después de lo que había pasado.

La respiración agitada de Jake le indicaba que él también se encontraba eufórico, pero en el peor sentido. Gracias a las luces tenues de las farolas podía notar sus ojos enrojecidos y alguna que otra lágrima corriendo bajo estos. Ella ya se encontraba bajo la lluvia, desprotegida.

—¿Cómo has podido? —musitó con la voz entrecortada y dolida.

—Yo... yo... —Yangmi no sabía qué decir; ¿cómo era posible que Jake supiera lo que había pasado? Ella quería subir, dormir a su lado y pretender que nada había ocurrido, aunque eso implicara continuar engañándose a sí misma y seguir dolida por sus sentimientos confusos. Aunque eso significara que seguiría engañándole a sus espaldas porque quería a alguien más.

—¿Pensabas ocultarlo e ignorar lo que ha pasado?

—Jake, ¿cómo lo sabes?

—Me han pasado una foto. Sunghoon ha salido y ha pasado por la fiesta en la que tú estabas. ¿Puedo saber por qué te besabas con Minhee? —su voz se quebró al pronunciar el nombre del chico que robó el corazón de su amada novia—. ¿Sabe que estás conmigo?

Yangmi negó levemente, y Jake soltó una falsa, corta y amarga risa que fue acompañada de un llanto más pronunciado.

—Lo siento. Poca gente cercana lo sabe.

—No imaginaba que amaras a tu mejor amigo, porque lo amas, ¿no? ¿O solo me engañas por atracción?

—Claro que no, Jake. Yo no soy así, yo... —bajó la cabeza, sin saber bien qué decir. "Soy estúpida", se repentía en su mente—. No sé lo que siento, es confuso.

—¿Él te hace sentir mejor?

Yangmi estaba casi segura de que eso era así, pero con Jake era distinto. Era su lugar seguro, y alguien que tal vez tenía un futuro más claro y prometedor. ¿Era lo correcto pasar página y hacerle caso a su corazón, o debía permanecer con Jake?
De todas formas, la cosa ya estaba fastidiada por su culpa. Porque no supo esperar ni animarse a hablar. Jake ya la había visto, y aunque Yangmi creía firmemente que tenía la capacidad de perdonar, no quería hacerle eso. No quería que Jake cayera en ella de nuevo, cuando sabía que le volvería a ser infiel.

—Responde.

—No lo sé —mintió. No quería hacerle más daño, y aquel no era lugar para una discusión.

—¿Solo os habéis besado?

Yangmi evitó su mirada tan pronto como sus ojos se clavaron en los de ella otra vez, y volvió a bajar la cabeza, rascando uno de sus brazos con nerviosismo. Este comenzaba a enrojecerse, al igual que sus ojos. Ahora ella amenazaba con llorar; por la confusión, porque se sentía mal, pero aquel era el momento de ser libre. ¿Merecía la pena estar con alguien por quien apenas sentía algo, solo porque "le convenía"? No podía seguir mintiéndose. Sus sentimientos por Jake se deterioraron con el paso de los años, y hacía ya varios que su mejor amigo se apoderó de su corazón.
Pero ya no pudo aguantar más.
Y por culpa de eso, y porque no supo hablarlo con Jake, ahora él estaba dañado.
Le hizo daño.

—Ya veo... —Jake sorbió con la nariz y se cruzó de brazos—. Ven. Bajo la lluvia vas a coger un resfriado.

—No te preocupes tanto por mí —sollozó—, ¿no ves que soy una estúpida que solo te hace daño? Debería habértelo dicho.

—Puedo entender lo que te pasó. Olvidémoslo, podemos reconstruirlo.

¿Qué le pasaba? ¿Por qué Jake trataba de salvar lo que ya estaba perdido?

Ver cómo él confiaba en ella y en su relación sólo le hacía sentirse peor. Quería huir.

—Jake, que no. No te manipules a ti mismo, no sientas pena. Yo... necesito pensar. —subió la cabeza, para mirarlo—. Por favor, deja que suba, coja algunas cosas y me vaya.

—¿Con él?

—¡Jake! —le gritó, callándolo de inmediato. No porque no tuviera razón, sino porque aquello solo le hacía sentirse peor, aunque tuviera derecho a saberlo—. ¿Qué más da eso?

En ese momento, Yangmi estornudó y tembló un poco, a lo que Jake se acercó corriendo, cuidadoso.

—Que tu novio sigo siendo yo, y puedo cuidarte e ignorar lo que ha pasado. Siempre he hecho eso, protegerte y cuidarte y ahora... en fin. Podemos hablar mañana.

—Claro que hablaremos mañana, pero no dormiré aquí. —lo miró una vez más, a la par que rechazaba sus brazos—. Te hago daño. Si sigo contigo, te haré mucho daño. ¿No lo ves, Jake?

—¿El qué? —sonrió un poco—. Estás delirando, vamos...

—No, Jake. —suspiró—. Que yo... yo ya no quiero estar contigo.

Los ojos del australiano se cristalizaron una vez más. Con el corazón latiendo rápidamente a punto de explotar, se separó bruscamente y se giró hacia la casa, dándole una última mirada de tristeza, pensando de nuevo: "¿cómo has podido?"

...