↳ 𝐑𝐎𝐎𝐌𝐌𝐀𝐓𝐄: 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐰𝐨𝐧 ♡

3K 116 18
                                    

— Narrado en primera persona

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Narrado en primera persona.
— En este caso y otros que habrá más adelante, la protagonista no será "Yangmi" debido a la nacionalidad.
— En este one shot, la protagonista se llama Lily.

━━━━━━━━

"Roommate". Aquello me dijo Jake cuando apenas acabábamos de llegar a Corea, y ambos australianos buscábamos a un compañero de piso. No teníamos casi dinero, ni tampoco experiencia en el idioma o país. Completamente perdidos, dábamos pasos por las calles en busca de carteles en los que pusiera "se busca compañero de cuarto. Llama al siguiente número". Y en el hotel en el que ambos residíamos los primeros días, mirábamos anuncios en internet.

Pero la suerte llegó de otro modo. Uno más confiable, la verdad. En su universidad, él conoció a un chico muy amigable que le comentó que buscaba un compañero para que sus padres tuvieran que pagar menos por él, llamado Jay. Y en mi caso, fue un chico del nuevo instituto; Yang Jungwon. Amigable, de ojos galácticos, mejillas sonrojadas la mayor parte del tiempo y labios tiernos y deseables. Él quería comenzar a independizarse poco a poco, pero todo lo que encontraba era demasiado caro como para que sus padres pudieran mantenerlo. Por eso, me ofrecí de inmediato cuando su sonrisa me cautivó y, por supuesto, comprobé que era un buen chico.

Como por arte de magia, mi hermano Jake y yo llegamos un día como cualquier otro al hotel, cada uno con la misma noticia en la punta de la lengua. "He encontrado un roommate".
Pero de eso ya hacía un año.
Un año en el que me tomé la libertad de dejarme sentir. Un año en el que Jungwon, mi inocente roommate por casualidad, se apoderó de mi corazón sin dejarme otra opción.
Hasta hacía poco no había sido capaz de aceptarlo por el simple hecho de que era extraño, pero al enterarme de que la mudanza a Corea sería definitiva por motivos de trabajo de mi padre, supe que era el momento perfecto para admitirlo, pues ya nada nos podría separar.
Excepto una cosa.
Mi padre se mudaría a Corea y viviría con él. Ya no necesitaba un "roommate", y por eso, estaba dispuesta a dejar ir aquella hermosa etapa para dar paso a otra. Jungwon no iba a ser mi roommate, pero sí había una pequeña posibilidad de que fuera mi primer amor.

Gracias a las continuas insistencias de nuestros amigos hacia mí, completamente convencidos de que Jungwon correspondía mis sentimientos fervientes, decidí armarme de valor y dar yo el siguiente paso. "Jungwon es demasiado tímido como para hacerlo", me decían.
Por otra parte, aquello me hacía pensar que simplemente no estaba interesado en mí. Que si no se lanzaba era porque no tenía necesidad alguna y la vergüenza no era el problema.

Por eso, tras citarlo después de clase en el parque más cercano al instituto, que solía estar curiosamente vacío, mis nervios aumentaron. Con cada paso que daba con mis deportivas blancas de la clase de gimnasia hacia el lugar, sentía que algo malo iba a pasar.
Pero otra parte de mí intentaba calmar mi corazón. "Todo saldrá bien. Incluso si no te corresponde, Jungwon  seguirá siendo tu amigo, porque es la amistad más pura y sincera que has tenido nunca".
Aquello era cierto, pero, ¿y si yo misma lo empezaba a ver de otra forma? ¿Y si las dudas de por qué no le gustaba me comían el cerebro, hasta tal punto de no querer verlo? O peor: ¿y si era la vergüenza lo que me alejaba de él?

Cuando me vine a dar cuenta, ya estaba a su lado. Su presencia ligeramente más alta mantenía su mirada fija en mí, ambos en la entrada del parque, sobre el camino rocoso que se habría paso entre la arena.

Me sonrió y, sin decir nada, me extendió la mano. Quise ilusionarme, pero aquello siempre era así. No era nada nuevo.

Le correspondí el agarre y fuimos caminando hacia dentro del lugar, a partir del punto en el que el camino se cortaba y ya había que pisar la arena. Frente a nosotros, había un columpio con dos asientos. Nos sentamos cada uno en uno, pero Jungwon no tardó en levantarse.
Creí que iba a empujarme pero, en vez de ir hacia atrás, fue a delante y se agachó frente a mí, quedando de rodillas.

Aquello descuadró mis ideas y la rápida planificación de lo que pasaría que hizo mi mente. Al ver su cercanía tan a mi disposición, noté cómo se me cortaba la respiración por un par de segundos. El corazón se me aceleró, y no solo por eso, sino porque expresó una coqueta sonrisa que jamás había visto en él, con su mirada puesta sobre mis labios.

—Jungwon... —musité—. ¿Pasa algo?

Tragué saliva cuando el chico tan solo negó, y fue aproximándose poco a poco, peligrosamente y mirando con deseo tanto mis labios como mis mejillas. Sus ojos pasaron de ser tiernos y estrellados a oscuros y llenos de un deseo que necesitaba cumplir de una vez.
Jamás vi a Jungwon así, pero no me quejaba.
Me gustaba tanto como me ponía nerviosa.

—No, Lily. No pasa nada, es solo que... —de repente, agarró mis piernas, concretamente mis muslos, para tener una superficie sobre la que apoyarse y levantarse un poco—. ¿Te hago daño?

Negué con la cabeza. La presión de sus manos no era nada comparada con la de mi corazón en aquellos momentos.

—Es solo que es difícil aguantarse esto tanto tiempo —dijo.

—¿De qué hablas?

—De que ya no quiero ser solo tu roommate. Lily —ladeó un poco la cabeza con una sonrisa traviesa—. Quiero ser tu novio. ¿Puedo...? —miró mis labios, de nuevo.

Las dudas se disiparon, dando paso a la alegría y, con cierta sospecha de que estaba soñando, asentí, pensando: "si me tengo que despertar, que sea después de esto".

Entonces, Jungwon aproximó su rostro dulcemente y con cierta lentitud que me causaba incertidumbre. ¿Cómo se sentiría un beso suyo?
Como el cielo.
Tal y como pensaba.
Como si hubiera sido capaz de leer mis pensamientos, pegó nuestros labios e hizo a ambos jugar. Ni siquiera sabía qué estaba pasando ni si lo estaba haciendo bien, pero fue mágico. Maravilloso.

Jungwon se separó al minuto, que para mí fue demasiado corto, y me regaló una sonrisa algo invadida por la timidez, pero aún coqueta.

—Y bien, ¿aceptas?

—Pues... —sonreí nerviosa—. Solo si lo haces otra vez.

De esa forma, mi roommate ya no lo fue más. Ahora tenía un título más acorde a lo que nuestros corazones deseaban. "Novio", "pareja", "primer amor".

...

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora