Semana 30 y cada vez se acercaba más el día del nacimiento del bebé, por el momento, Sigrid se encontraba recolectando algunas flores, y, por otro lado, Poseidón frente a su hermano menor, el cual había llegado tras ser rechazado varias veces por el mayor.
- Vamos a hablar quieras o no. – demando, Poseidón lo ignoro. – faltan pocas semanas para que nazca tu hijo, dime... ¿ya tienen un nombre? – no obtuvo respuesta. – la verdad, siento que tendrá una gran conexión con el mar, ahora solo falta saber con qué panteón conectará más. – Poseidón solo lo ignoraba. – si tenemos suerte conectara más con el griego ¿O tal vez conecte más con el Nórdico? ¡¡Hay, ya quero que nazca!! - lo siguió ignorando.
Sigrid tomo una canasta y dejo las flores que había recolectado, desvió su mirada a algún lado no claro, estaba enterada de la visita de Zeus, sabía que después de eso Poseidón no estaría del mejor humor, pensó en que poder hacer al respecto, no podía ir a interrumpir, era una plática de hermanos, además el menor no le caía muy bien.
Dos horas habían pasado para que le más pequeño de los hijos de cronos se fuera, Poseidón termino demasiado irritado, lo último que quería era ver a alguno de sus hermanos en ese momento.
- Poseidón. – la voz dulce de Sigrid había llegado a sus oídos, alzo su mirada, encontrándose con los amables ojos de la contraria. – ten. – le extendió una venda. – creo que...es mi turno de llevarte a algún lugar. – cometo.
Decidió confiar en ella, y dejar que lo guiara, aunque por supuesto, sin importar que tuviera los ojos vendados, la vigilaba para que nada malo le pasara.
El camino ya se le estaba haciendo largo, estaba a punto de quitarse la venda, pero recordó en como la pelirroja había confiado en él aquella vez, así que decidió dejársela, pero si llegaba a escuchar algo raro se la quitaría de inmediato.
Caminaron un poco más, Poseidón estaba atento a cualquier cosa, estaba a solo un paso de sacar su tridente por si algo llegaba a acercar a ellos, y así poder acabar con la existencia de ese ser.
- Llegamos – aviso, indicando que el rubio se podía quitar la venda, lo que vio al hacerlo, es que estaban en un campo abierto cubierto de nieve y de paso...era de noche "¿en que momento anocheció?" se pregunto, cuando salieron del palacio seguía siendo de día.– sí, perdón por tenerte más de cinco horas con la venda, pero tenía que esperar a que fuera de noche. – se disculpó rascando su nuca nerviosa. – Ven. – dijo mientras tomaba su mano y lo jalaba hasta quedar exactamente en el centro de aquel campo. – estoy segura de que te gustara, solo espera. – el rubio asintió y miro al cielo estrellado. – oye... - hablo nuevamente. – tu siempre dices que los dioses no necesitamos del ganado, y...es cierto que para nosotros son innecesarios los seguidores, pero... eso no significa que no necesitemos compañeros. – Poseidón la miro asombrado por lo que dijo, y de la nada Auroras los comenzaron a rodear. – una vez te dije que existía un lugar en donde... todas las noches se podían divisar Auroras, bueno...este es el lugar. –
Toda la oscuridad de la noche era opacada por la luz de las Auroras, las cuales los rodeaban, había visto Auroras demasiadas veces, más de las que podía contra, si era honesto, no se le hacían tan impresionantes, pero había algo en estas, que llegaban a asombrarlo de cierta manera.
Miro a la pelirroja, la cual miraba con una sonrisa el espectáculo, era una mujer hermosa, amable, dulce... aun cuando la odiaba, no podía negar que era hermosa, suspiro y se empezó a acercar a ella. No sabía cómo resultaría, mucho menos sabia como ella reaccionaria, no estaba seguro de nada, pero igual seguía avanzando, y lo único que sabia en ese momento era que no se detendría.
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Una Historia No Contada
AcakPara ella, él era despreciable. para él, ella era patética. pero... ¿Quién hubiera dicho que un pequeño error cambiaria eso? ______________ la historia no es fiel a la mitología Griega ni Nórdica. los personajes pertenecen a Takumi Fukui y Shinya...