Capítulo 9

948 80 1
                                    


"Los primeros Humanos"

Cuando Adán fue creado, Odín sabiendo como era su hija mayor, le prohibió tener comunicación con él, claro Sigrid como buena hija asintió a la orden de su padre, pero...Odín no fue especifico con lo que en verdad quería.

La pelirroja se encontraba tras un árbol, mirando al rubio, estaba fascinada, y no era para menos, pues jamás en su vida había visto un alma tan pura como la de aquel ser Humano, su padre le prohibió hablar con él, pero no le dijo que no se podía acercar o verlo de lejos, aunque sabia a lo que se refería, simplemente no le hizo caso.

Por algunas semanas, sin que su padre o sus hermanos se dieran cuenta de las escapadas que ella daba para poder ver la evolución de ese ser, se pudo dar cuenta de que algo le falta, tal vez alguna compañía.

Cuando estuvo a punto de proponer esa opción (y claro, delatarse) se le adelantaron y propusieron darle una pareja al Humano, así fue como llego Eva a la vida de Adán.

Como siempre, Sigrid se encontraba observándolos de lejos, pero no sabía que no era la única que los observaba.

La serpiente, que ya hace un par de semanas se había fijado en Eva, fue al jardín a observarla, tenía un plan para poder poseerla, y lo hubiera podido llevar a cabo ese mismo día, pero pudo sentir la presencia de una deidad, y así fue como lo noto, pudo ver a la pelirroja sentada en la rama de un árbol escondida, viendo a la rubia con una sonrisa mientras recolectaba unas fresas.

Frustrada de no poder llevar a cabo su plan, se retiró rápidamente, no quería que la pelirroja se diera cuanta de su presencia, pues no dudaría en preguntar y sabía que no le podía mentir.

Decidió esperar, esperar a que la pelirroja no estuviera en el jardín, mas no tuvo suerte, siempre que iba la encontraba, observando a los Humanos sin que estos notaran su presencia, frustrada de que la Nórdica no se ausentara decidió recurrir a su única opción...delatarla.

No tuvo que hacer mucho esfuerzo para que el Dios supremo de los Nórdicos le creyera, sabia como era su hija, asintió a la información dada y la serpiente se retiró, satisfecha por el resultado.

Sigrid tuvo que ausentarse ese día. Cuando los cuervos le llamaron la atención por desobedecer a su padre, esta solo se encogió de hombros sin negar nada restándole importancia; Odín ya suponía de eso, así que solo le faltaba la confirmación, no le llamo la atención a su hija, pero le dijo que tendría que ausentarse un día, no hubo replica por parte de la contraria, solo asintió a la orden de su padre, pero le surgía una duda, y por supuesto que no se quedaría sin preguntar.

- Una pregunta padre, dime... ¿Quién fue el que te dijo que yo vigilaba a los Humanos? – cuestionó en tono serio, pero a la vez desinteresado, haciendo creer que solo le causaba curiosidad y que no le importaba en absoluto.

- La Serpiente. – contesto su padre Directamente.

Asintió a la información y se retiró, como formulo esa pregunta y como actuó al hacerla, no resaltaba la importancia y la desconfianza que en verdad tenia, solo actuó así para que su padre respondiera sin la interrupción de los cuervos, por supuesto le genero desconfianza que la serpiente la delatara, y no estaba para nada tranquila, sentía que debía ir al jardín, como siempre lo había hecho, para así poder atrapar a la serpiente en el acto y poder detenerla, sin embargo sintió que tal vez solo era paranoia, así que ignoro el mal presentimiento.

Al día Siguiente, mientras la pelirroja caminaba por los jardines del palacio de Asgard, sintió la presencia de dos almas que se dirigían con rapidez a ella. 

Una Historia No ContadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora