Dos días después (leer one-shot de Mitsuya)

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Advertencia: LIGERO SMUT DESPUÉS DEL SEPARADOR, para más detalles leer one-shot de Mitsuya "Dos días después" para evitar incomodidades entre lectores, además de que este tipo de contenido no afecta en la trama de la historia si lo saltan. 



Estaba algo nerviosa.

Había recibido mi motocicleta la mañana después de la inesperada visita de Sanzu. Papá había firmado alguna que otra cosa y de paso me entregó la llave de la moto, de inmediato la puse dentro de mi llavero. Por supuesto que me la pasé horas manejando por el vecindario para aprender mejor según lo que aprendí con Takami...

Lo extraño, no he hablado mucho con él y tampoco lo he visto. Si vi a su madre hablando con la mía porque llegó como visita el día de ayer, sin embargo me dijo que estuvo ocupado y me hizo sospechar ya que no ha contestado mucho los mensajes.

Akiko no dejaba de ver la moto y fui a pasear con ella. Papá también quiso subirse a la moto conmigo pero se infartaba cada segundo.

Creo que ese es mi resumen de hace dos días.

Ahora estaba lista, con el uniforme de pantalón puesto, hacía el suficiente frío como para dejar el uniforme de falda en el olvido, además iría en moto, eso es obvio. Aquella noche Sanzu me entregó una carta formal por parte de Mikey, de encabezado me especificó que debía asistir a una reunión bastante importante, a una dirección específica. No dudé más y tomé lo necesario para salir, tomé algunos dulces para llevar porque me conozco y querré comer algo.

"Lyla, ven acá un momento", escuché la voz de mamá. De inmediato fui hasta su habitación, una enfermera se encargaba de masajear sus piernas, no estaba en su silla de ruedas pero si sentada en su cama. "Cariño, tengo buenas noticias", me sonrió.

"¿Si? Dime", me senté a su lado. "Buenos días", saludé ligeramente a la enfermera y ella asintió con cortesía.

"Buenos días, señorita", la enfermera se detuvo en su labor y me miró con una sonrisa. "Es muy probable que con la terapia que está recibiendo tu madre, pueda recuperar su movilidad, además Akiko ha demostrado mejor resistencia ósea", me informó.

"¡Eso es genial!", exclamé. Abracé a mamá y ella no tardó en abrazarme de vuelta. "Pronto podrás venir conmigo en la moto, y te enseñaré el lugar de los árboles de Sakura que nunca envejecen", tomé sus manos, sumida en la felicidad del momento.

"Por supuesto, mi amor", besó mi mano. "Ahora ve, que veo que tienes asuntos", tomó mi mejilla.

"Au", sobé el área.

"Que no hayan más personas apuñaladas, por favor", bromeó con cansancio. La enfermera suspiró del susto, llevándose una mano al pecho.

"No le hagas caso, ella traficaba droga en Colombia", salí corriendo de la habitación.

"¡Lyla cuando vuelvas te voy a emparejar la otra mejilla!", escuché el grito de mi madre por detrás y por supuesto unas risas que me tranquilizaron.

Sin ella yo no sería nadie.

Salí de casa a una velocidad normal, obvio me puse un casco que papá compró, habían unos más de repuesto en la cochera. Seguí con cautela las direcciones de Mikey, el lugar era a las afueras de Shibuya, por lo que quedaba un poco lejos pero tenía el tanque lleno, no hay preocupaciones.

La dirección me llevó a un edificio de mala pinta, pero igual entré. Estaba vacío y con los vidrios rotos, hacía un frío que me dejaba temblando. Subí por unas escaleras del fondo, rodeando algunos objetos que quedaron por ahí. Escuché voces reconocidas así que aceleré mi paso, talvez Takashi esté aquí ya y así pueda verlo y hablar antes de la reunión.

𝓛𝓪 𝓱𝓲𝓬𝓲𝓼𝓽𝓮 𝓫𝓻𝓲𝓵𝓵𝓪𝓻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora