"Buenos Días..."
Las palabras se desvanecieron en el éter y me desperté sobresaltado. Jimmy Prescott estaba recostado contra la pared cerca de la puerta, con una mirada divertida pero desaprobadora en su rostro.
"Mierda, lo siento Sr. Prescott. No le he oído entrar...'
"Sabes, yo también trabajé aquí cuando era pequeño. Instalé el timbre en la puerta por esta misma razón. Sin embargo, no pareció despertarte..."
Se rió. Murmuré otra disculpa y distraídamente enderecé una pila de tarjetas de presentación enfrente de mí.
"¿Desmadre por la noche?"
"Eeh, sí, bastante..."
"Espero que no hayas estado en las fogatas con todos los demás alcohólicos menores de edad"
"No señor"
Pues sí.
"Bueno, de todos modos, solo estoy aquí para mi almuerzo. Ponme un sandwich de pollo parmesano con aguacate en pan de centeno..."
"Sí, señor..."
Feliz de que la conversación hubiera terminado, me acerqué a la cocina y desenrollé el lazo retorcido que cerraba el plástico del pan de centeno.
Jimmy Prescott se alejó del mostrador y estudió distraídamente las imágenes en la pared, aunque las había visto miles de veces antes. Más de las fotos eran de la familia Prescott, hechas durante el siglo pasado. Siempre había pensado que la decoración era extraña, pero luego, la tienda lleva su nombre después de todo.
"¿Está Meera aquí?"
Preguntó mientras envolvía su sándwich.
"Está en la parte de atrás"
"Ah, pensé que todavía estaría en St. Louis. Bueno, cuando termines, ¿Te importaría decirle que venga?"
"Sí, señor..."
Le entregué su sándwich y fui a la parte de atrás para encontrar a Meera. Estaba en la oficina, tecleando furiosamente las teclas de su calculadora de contabilidad.
"¿Meera? Jimmy Prescott está en el mostrador. Quiere hablar contigo..."
Se dio la vuelta y me dirigió una mirada dubitativa.
"¿Te ha dicho sobre qué?"
Negué con la cabeza.
"Está bien..."
Suspiró ella.
"Puedes irte a casa por el día, Noah"
"Pero... ¿estás segura?"
Todavía me faltaban tres horas.
"Es el único cliente que hemos tenido desde que abrimos. No te preocupes, te pagaré por un día entero"
"Gracias, Meera. Buena suerte"
Le di un encogimiento de hombros comprensivo y ella me palmeó el brazo. No sabía cómo lo hizo. Meera era quizás la mujer más agobiada y estresada de todo Drisking, pero nunca dejaba de ser increíblemente amable. Había una desesperanza en ella, una tristeza que ocultaba muy bien.
Me fui de la tienda por la puerta trasera para no tener que volver a ver a Jimmy Prescott. Sus extraños ojos ámbar siempre me ponían nervioso. Sin mencionar que era una herramienta total.
Me subí a mi coche y le envié un mensaje de texto a Aiden diciéndole que estaba fuera del trabajo. Respondió de inmediato y me dijo que fuera a su encuentro. Felizmente me quité el delantal y puse el coche en marcha. Crystal Lake era mi lugar favorito en todo Drisking.
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Borrasca
Mystery / ThrillerMudarse a un nuevo pueblo nunca es fácil. Puede llegar a dar miedo, y más cuando eres pequeño. Pero ese miedo no tiene nada que ver con lo que experimentó Noah Walker (nuestro protagonista) cuando se mudó al tranquilo y humilde pueblo minero de Dris...