Capítulo 3. Lloro por ti.

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Cuando Jihoon caminó hacia su habitación, en la madrugada después de dejar a Seungcheol, sintió como latía su corazón aceleradamente y eso lo enojó demasiado.

Apretaba los puños con fuerza, avanzando rápidamente, deseando empacar todas sus cosas e irse junto con su familia de regreso a Seúl, mandando al diablo a Choi y su maldita empresa.

Iba completamente decidido a huir esa noche, pero una vez que llegó a su habitación, observó su libreta de anotaciones, (que solo era un cuaderno de dibujos y notas, que sustituía con otro, cada vez que se terminaba el anterior) y comenzó a hojearla, dándose cuenta de que había soñado con diseñar una motocicleta perfecta desde que era un niño.

Y que ese sueño había comenzado a causa de Seungcheol.

Derrotado por el destino, se sentó en la cama, con el cuerpo inclinado hacia el frente, y sus ojos comenzaron a lagrimear, sollozando con demasiada tristeza.

— ¡Jamás podré olvidarme de él! – Gimió desconsolado, sintiéndose muy solo. – ¡Jamás! – Gritó, y aventó su libreta hacia la pared, para luego cubrirse el rostro con sus dos manos, llorando con toda la tristeza que sentía.

Jeonghan lo escuchó y fue a verlo, preocupado porque sabía que el chico no podría dormir, y menos después de enterarse de que la empresa organizadora del concurso era de Seungcheol.

— ¿Jihoon, puedo entrar? – Le preguntó, tocando la puerta de la habitación, para luego entrar y observar al muchacho sentado en el suelo, abrazando sus rodillas y con el rostro oculto en ellas.

Yoon se acercó y, sentándose en el suelo también, lo abrazó con todo su cariño, tratando de hacer sentir mejor a Jihoon.

— ¡Nunca podré deshacerme de él! ¡Nunca! – Le dijo entre sollozos. – ¡Y yo... y yo soy tan estúpido, tan idiota, que aún siento que... que lo amo! – Y lloró con más fuerza, ante sus propias palabras.

Jeonghan tragó saliva, evitando dejarse llevar por la tristeza que le daban las palabras de ese chico al que quería como a un verdadero hijo.

— No eres idiota ni estúpido, Jihoon. Eres un chico muy inteligente, demasiado inteligente. –

— No, no lo soy. – Suspiró el menor en voz más baja, cansado de llorar. – Soy solo un pobre diablo que está llorando por el amor que perdió hace diez años. ¡Soy tan patético! – Bufó al fin.

— No es así, Jihoon. Es obvio que te duele volver a ver a ese idiota, y también es lógico que te sientas triste porque lo extrañaste demasiado. Pero verás que ahora que lo frecuentes todos los días, y te des cuenta de que es solo un hombre más, dejará de ser importante para ti, y podrás enamorarte de otro chico o de una chica. Volverás a abrirte al amor. - Le explicó.

— No quiero enamorarme de nadie más. Solo quiero olvidar lo que siento por SCoups, y luego seguir mi vida solo, sin amar a nadie, porque amar duele demasiado cuando te abandonan. – Susurró en voz muy baja.

Jeonghan suspiró porque sabía que era demasiado pronto para hablar de amar a otra persona.

— Olvidarás a Seungcheol, te lo aseguro. Se que ahora te parece imposible, pero cuando estés aquí, trabajando todos los días con él, mirándolo equivocarse, enojarse, y hacer lo que todas las cosas prosaicas que los hombres hacemos, te darás cuenta de que ese Seungcheol que recuerdas, ya no existe. – Le explicó con calma. – Y entonces, podrás mirar hacia otros chicos de otra manera. – Lo miró fijamente, dándole mucho énfasis a todas sus palabras. – Te lo prometo, Jihoon. – Le dijo, y el menor lo miró con más atención.

— ¿De verdad? ¿Sucederá eso algún día? – Le preguntó esperanzado, limpiándose las lágrimas con la sabana de la cama.

— Si, lo olvidarás y podrás abrirle tu corazón a alguien más. Alguien que también te amará y corresponderá a tu cariño. Ya lo verás, Jihoon. – Le aseguró sonriendo un poco para animar al chico.

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