Después de la plática que sostuvo con Kang Daniel, Haru se fue de viaje con su madre a Jeju. El embarazo la hacía sentirse muy cansada, y decidió que tenía que poner en orden sus ideas, a fin de conseguir el mejor acuerdo de divorcio que pudiera.
En cierta forma, se había resignado a ser una mujer divorciada, pero por ahora, solo quería relajarse un poco mientras las molestias del embarazo la devastaban.
— ¡Deberías buscar la forma de deshacerte de ese parásito llamado Jihoon! – Le increpó su madre, por décima vez.
— ¡Madre, ya basta, por favor, ya no quiero hablar de eso! – Estaba sentada cómodamente en el sofá de la salita, en el elegante cuarto del hotel que habían rentado y tenía los ojos cerrados, deseando que su madre guardara silencio.
— ¿Entonces dejarás que un... un simple enano idiota te quite todo lo que conseguiste en estos diez años? ¿De verdad lo permitirás? – La señora se veía realmente indignada.
— No puedo hacer nada. Ya te lo dije, Seungcheol dio órdenes de defender a Jihoon por completo, y no voy a ponerme en contra de toda la familia Choi. ¡No estoy loca para hacer eso! –
— ¡Pero Haru...! – Iba a continuar, pero su hija se levantó rápidamente para ir al baño a vomitar, como lo hacía con cada comida que ingería.
— ¡Madre, por favor, solo deja que descanse un poco de este tema! ¡Por favor, te lo pido por lo que más quieras! – Le pidió después de enjuagarse la boca, inclinada sobre el lavabo.
Su madre, llena de angustia, se quedó con ella, ayudándola a recomponerse, sintiéndose muy preocupada por su hija.
— Este embarazo te matará, amor. – Susurró. – Vamos al hospital. Esto no es normal. –
— Está bien. Vamos al hospital. – Accedió Haru, comenzando a preocuparse.
Una vez en el hospital más caro de Jeju, un ginecólogo revisó a Haru, pero no encontró nada raro o malo en ella.
— Cada embarazo es diferente, señora Choi. Y el suyo no es anormal, pues no veo que sus análisis sean alarmantes. – Las tranquilizó. – Solo trate de tomar mucha agua, y procure que nada la estrese, porque eso si puede aumentar sus malestares. – Le extendió una receta. – Le estoy mandando un relajante que le ayudará a tranquilizarse, pero por favor, trate de olvidarse de los problemas, al menos hasta que el bebé nazca. –
— Está bien, doctor. Y gracias. – Haru se levantó del sillón y salió, junto con su madre, para subir al automóvil que las llevaría de regreso al pent – house que habían rentado.
— Todo esto es culpa de Seungcheol. – Comentó su mamá una vez que llegaron a la habitación.
— Voy a mi cuarto a dormir, madre. Con permiso. – Y se alejó de su mamá, para irse a recostar, tratando de ignorarla, pues solo de escuchar su voz quejumbrosa la ponía enferma.
Mientras tanto, en Daegu...
— Haru ha estado muy mal de salud, SCoups. – Le informó su madre a Choi, en su oficina.
— ¿Y para eso viniste, omma? – Le respondió, sin dejar de mirar la computadora.
— ¿Puedes al menor, ponerme atención cuando te hablo? – Le reclamó.
SCoups la miró con sus enormes ojos y sonrió.
— Siempre te pongo atención, omma. No necesito mirarte para escucharte. - Respondió y volvió a la computadora.
De hecho, Seungcheol estaba monitoreando a Haru todos los días. No la llamaba, ni hablaba con su suegra, pero tenía gente en Jeju que la seguía y le informaba de su estado de salud.
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ANYONE
FanfictionDespués de diez años, SCoups y Jihoon se reencuentran en Daegu, en donde el menor trabajará como ingeniero mecánico y ayudará al diseño de un nuevo modelo de motocicleta que podrá volar. ¿Podrá Jihoon tratar a SCoups solo como a un jefe o los recuer...