Capítulo 15. Elige

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— ¿Bueno? – Respondió Choi de inmediato.

Había tenido una pésima noche, soñando con Jihoon, y con tener sexo con él. Además, el calor era algo que ya no soportaba más. Deseaba salir de Jeju y regresar a Daegu por más de una razón.

— Sr. Choi, le llamo, como me lo pidió, para decirle que el ingeniero Jihoon tendrá un permiso de siete días para reponerse de la herida de bala. ¿Quiere que haga algo más? ¿Qué le envíe una enfermera o alguien para ayudarlo? – Daniel Kang le llamaba desde la empresa, para darle informes.

— No es necesario, su familia está con él, supongo. –

— Así es, pero se irán en dos días, pues deben regresar a Seúl. – Le informó el joven director Kang, mientras veía algunos documentos en su escritorio.

Este papelito de andar de mensajero de Choi, comenzaba a cansarlo.

— Quiero que me llames cuando Jihoon se quede solo. ¿Entendiste? – Le preguntó muy serio.

— A la orden. –

— Muchas gracias, Daniel, hablamos después. Que tengas un buen día. – Y le cortó, mientras se levantaba y caminaba a la habitación de Haru.

Cuando entró, vio a la chica desayunando en la cama, y a su madre cuidándola.

— Buenos días, cariño. Señora. – Saludó respetuosamente. - ¿Mi esposa está comiendo bien? – Le preguntó a la enfermera.

— Muy bien. Y no ha tenido problemas con la comida, así que muy pronto ganará todo el peso que perdió antes y se sentirá más animada. – Le explicó, profesionalmente.

— ¿Cómo te sientes, querida? – Le preguntó, sentándose en la cama y tomando la mano de la chica.

— Estoy muy bien, amor. – La muchacha sonreía con tanto gusto al verlo, que Seungcheol sonrió.

— Me da mucho gusto que estés mejor, cariño. – La miró y luego desvió la mirada para continuar. – Este fin de semana iré a Daegu, necesito arreglar algunos asuntos. –

La madre de Haru lo miró, comprendiendo de inmediato que el muchacho iría a ver a Jihoon.

— ¿Y no puedes arreglarlos aquí, vía internet, Seungcheol? – Le preguntó, enojada.

— ¡Mamá, no presiones a Seungcheol! – Intervino Haru, y luego miró a Choi. – Está bien, cariño. Y si tienes que quedarte por más tiempo, está bien, no te preocupes. – Le dijo, haciéndose la fuerte, porque en el fondo, la desanimaba que él se fuera.

— Solo serán cuatro días. Regresaré el lunes por la tarde. – Le explicó, deseando no lastimarla. – Te aseguro que, si pudiera arreglar las cosas sin ir, lo haría. Pero eso es imposible. –

— "¡Claro! El sexo en línea no es igual que tener a tu puto en la cama." – Pensó la señora, pero no dijo nada.

— Está bien, amor. Ya te lo dije, no hay problema. – Haru trataba de ser comprensiva, aunque se sentía muy celosa.

Su intuición femenina le decía que su adorado Seungcheol iría a ver a Jihoon.

Conocía a su esposo, y lo veía impaciente por irse. ¡En verdad amaba demasiado a ese chico y ella no podía hacer nada para evitarlo, nada!

Seungcheol se levantó de la cama para ir a desayunar. Como todos los días, desayunaba solo, cualquier cosa, mientras trataba de comunicarse con Jihoon, pero el menor insistía en no contestarle las llamadas.

— "En cuanto te vea en persona me perdonarás, amor." – Pensó. – "Yo se que estás muy molesto, pero iré a demostrarte que eres el amor de mi vida." –

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