*En el castillo de Andrómeda*
Tauro se sentó en el suelo, agachó la cabeza y se cubrió su cara con ambas manos y soltó un sonoro suspiro, procesando lo que dijo el Demonio. Recuerdos llegaron de golpe, no quería volver a pasar por ese tormento, le tomo mucho tiempo y con ayuda de Escorpio, logró recuperarse, no deseaba volver a sentir ese tormento.
Levantó su cabeza cuando escuchó como una puerta se abría y seguido de unos pasos, por un momento pensó que Hydra cambió de parecer y decidió divertirse un poco con él, pero para su alivio era otra persona, pero su alivio cambió radicalmente a la sorpresa cuando notó las alas blancas que portaba.
- ¿Quién eres...?- preguntó desconfiado, no podía reconocerlo, pero sabía que era uno de los traidores.
- Me llamó Orfeo.- respondió con una amable sonrisa.
Sacó una llave de su túnica y abrió la reja, entrando y cerrándola, volvió a guardar la llave y se acercó un poco a Tauro, pero este se comenzó a alejar con desconfianza y algo de miedo.
- No te asustes, no vengo a hacerte daño, no te preocupes.- dijo algo nervioso, no espera asustarlo tanto.- Aquí, te traje algo para que comas.- dejo la bandeja cerca de su alcance y se alejó un poco.- Descuida, no tiene veneno, ni nada por el estilo.- respondió ante la mirada desconfiada que le dio el menor.
- Eso diría alguien que le puso algo raro a la comida.- aquella respuesta hizo reír un poco al antiguo Ángel Guardián.
- Vale, probaré un poco, ¿te parece bien?- recibió un asentamiento como respuesta, entonces agarro un trozo de la comida, se lo llevó a la boca y se lo trago, pasó un breve momento y nada pasó.- ¿Ves? Estoy bien, no tiene nada. Puedes estar tranquilo, por favor, come.
- Bien...- respondió de mala gana, agarro la bandeja y comenzó a comer.
El ex Guardián lo veía fijamente sin decir nada, cosa que comenzó a incomodar al Ángel de alas negras, solo quería que se fuera, iba a decir algo por el otro se adelantó para hablar.
- Lamentó mucho que estés aquí...
- ¿Qué...?- por poco se atraganta con un pedazo de comida, no se esperaba eso.- ¿Cómo que lo lamentas? Todos ustedes están detrás de esto, maldición, ¿por qué dices que lo sientes?- preguntó molesto.
- Es que de verdad, lo lamento... Yo no... Yo no quería que esto, yo no esperaba que esto pasara.
- ¿Cómo que no querías? ¿Acaso esperabas otra cosa? Idiota, te aliaste con un desquiciado que hace todo esto por una venganza estúpida por un Demonio que ahora mismo está pudriéndose en una celda, que planea usarme para hacer sufrir a alguien que me importa mucho... Y al final acabe como el juguete de un maldito bastardo... Y ahora vienes tú y me dices que no es lo que querías, ¡Maldita sea! ¿¡Qué querías pasara entonces?!
Soltó lo último con enojo y coraje, se volvió a recostar contra la pared, mientras recupera el aliento, esperando por una respuesta.
- Yo...- comenzó a decir Orfeo, bajando la mirada.- No lo sé... Al principio lo tenía claro, el porqué traicione a todos y decidí seguir a Orión, antes era lo sabia, pero ahora... Ya no lo sé. Pero tienes que creerme cuando digo que de verdad, no quería que esto pasará, no deseaba que ningún inocente sufriera... Yo intenté convencer a Fénix que no lo hiciera, pero no me escuchó, solo tiene pensado vengarse, al igual que Orión.
- ¿Entonces? Si no quieras que nadie inocente saliera herido, como tú dices. ¿Por qué nos traicionaste?
- ...- suspiro pesadamente antes de responder.- Lo hice por alguien que me importaba ,mucho, no me importaba lo que planeaba Orión en aquel momento, solo tenía en mente en estar con él todo el tiempo y no abandonarlo... Pero a causa de mis erróneas decisiones, lastime a muchos y lo perdí todo...
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Enamorado del enemigo. (Zodiaco Gay).
RandomCuatro tribus, cada una con su propio enemigo. Los guardianes de cada mortal, los Ángeles. Los seres que viven del pecado, los Demonios. Los que viven de la sangre humana, los Vampiros. Los que muestran su verdadero ser a la luna, los Licántropos. D...