XXII

278 18 3
                                    

*En el antiguo castillo del Arcángel Andrómeda*

En el viejo calabozo del castillo, en una de las celdas, se encontraba un Ángel de la Muerte, encadenado e inconsciente, pero al cabo de unos minutos, recuperó la consciencia y comenzó a abrir los ojos poco a poco, intentando acostumbrarse a la poca que había. Se incorporó para sentarse, quejándose del dolor palpitante que sentía en la parte trasera de su cabeza.

- ¿Dónde...? ¿Dónde estoy?- se preguntó mirando a su alrededor.- Es una celda... Mierda...

Soltó, mirando que es sus muñecas tenia unos grilletes conectados con unas cadenas estas estaban clavadas en la pared.

Volvió a soltar otro insulto, recordando lo último que vio antes de caer inconsciente, recordando como ese maldito de Orión y Fénix lograron agarra y arrastrarlo hasta aquí.

- ... ¿Escorpio estará bien...?- se preocupaba por el estado de su pareja, lo conocía lo suficiente para saber que ahora mismo debería buscándolo y haciendo lo imposible para cumplir con su cometido.

Tauro siguió viendo el lugar, buscando la manera de escapar de esa situación, miro arriba y vio una ventana. Se levantó tambaleando un poco, y con algo de esfuerzo logró alcanzar la ventana que, por suerte, logró alcanzar con las cadenas.

Lamento el hecho de que la ventana tenía unos barrotes, pero de igual modo decidió mirar el paisaje de afuera, así posiblemente tendría una idea de dónde podría estar.

- Que raro... Parece que este lugar forma parte de nuestro territorio, pero no conozco el sitio... Rayos, si estoy metido en un gran aprieto.

Dejo de mirar por la ventana, cuando escucho unos pasos que se acercaban a la celda, volteó y allí vio a alguien bastante familiar.

- Hydra...- verlo allí parado, al otro lado de la celda, hizo que todo su cuerpo se estremeciera.

- Pasó mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿no te parece?

- No, no...- el pelinegro comenzó a hiperventilar, los recuerdos de aquella vez comenzaron a atormentarlo.

- Oh~ que reacción más adorable.- sonrió maliciosamente.- Pero descuida, mi pequeño Angelito. No te haré daño, te doy mi palabra.

- ¡¿Qué no me harás daño?!- soltó enojado.- ¡Dijiste esas mismas palabras la última vez que nos encontramos! Y aún así... Aún así me hiciste daño, maldito bastardo...

- Pues si, es verdad. Por mucho que quisiera retomar los viejos tiempos, esta vez, lo digo de verdad, no te haré nada de nada. Orión te quiere vivo e ileso, puedes respirar tranquilo, por el momento...- soltó lo último con un tono aterrador junto con esa sonrisa.- Solo vine a ver cómo estabas, eso es todo.

- ¿Qué mierda quieres de mi, bastardo?

- Bueno, en realidad fue Orión que te trajo aquí, solo él sabe lo que quiere de ti, pero ya te puedes hacer una idea, ¿no? Ya que eres bastante cercano al hijo de Ofiuco.

- No... No pensara en...

- Así es, mi emplumado amigo, con su meta de torturar a aquel Diablo, hará sufrir a su adorado hijito. Y créeme, si Escorpio fuera normal, la tortura tradicional bastaría y tú no estarías aquí, pero eso no funciona con él... Pero contigo es diferente, nos mataría a todos solo por ti. Ahora mismo debe estar bastante preocupado por ti y a raíz de eso, actuará de manera impulsiva, tarde o temprano, él encontrará este lugar para salvar a su dulzura de pareja.

- Ustedes son unos completos hijos de perra.- escupió furioso, ser utilizado solo como una herramienta para torturar a Escorpio, solo hace que la furia que tiene aumente más y más.

- Uuuh, al parecer pasar tanto tiempo con Escorpio hizo que aprendieras malas palabras, te ves tan tierno cuando insultas, ¿sabes?

- Sabes que si Escorpio se entera que estás vivo, será horrible para ti, y espero con toda mi alma, que te mate de una manera tan dolorosa y lentamente, hasta que supliques que acaben por fin con tu agonía.

- Lo sé, tengo eso presente, se que acabaré así... Solo si él vive.

- ¿Qué? ¿Qué quieres decir con eso?

- Hmm... Ya sabe a lo qué me refiero, te usaremos como una herramienta de tortura, Escorpio no podría aguantar como te lastiman, más si lo mira sin poder hacer nada, y cuando sufra lo suficiente Orión lo matara, expondrá su cuerpo en el territorio de Géminis, allí todos podrán ver al bastardo bien muertito, eso acabará con Ofiuco... Lo que pagaría por ver su cara cuando eso pase, será algo digno de ver, ¿no te parece?

- ...

- ¿Qué sucede? ¿No dirás nada?- no recibió ninguna respuesta.- Supongo que estarás procesando todo lo que te dije, bueno, es comprensible, oh... Y si te lo preguntas, Orión tenía planeado matarte antes de matar a Escorpio, pero logré hacer que cambiara de opinión, sería un desperdicio que alguien tan lindo como tú esté muerto.

El Ángel de la Muerte, permaneció en silencio en un estado de shock, eso solo hizo que la sonrisa del Demonio se anchara más, me encantaba ver ese estado en Tauro.

- Bien, disfrute mucho hablar contigo, pero me tengo que ir, nos vemos luego, Tauro.

No espero ninguna respuesta, y se marchó alejándose de la celda, riéndose, las cosas se pondrían interesantes, salió del área de celdas y en su camino, vio a Orfeo caminando por el sentido contrario, con una bandeja de comida en las manos.

El Ángel pasó de largo, ignorando al Demonio, entrando al área del celdas, Hydra lo miraba mientras entraba, tenía el presentimiento de que no debía confiar mucho en él.

- Le pondré un ojo encima...- susurro y siguió con su camino.- Espero, por su bien, que no cause ningún problema.







———————————————————————————————————

Sorry, tengo que cortar hasta aquí, ando cuidando a mi abuela, entonces decidí darles un capítulo esta semana, puede que sea corto, pero les quise dar algo, nos vemos después 👋

Enamorado del enemigo. (Zodiaco Gay).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora