—¡Potter!—.
Harry bajó la cabeza y gimió mientras se agachaba para recoger el montón de virutas de shrivelfig que habían caído al suelo. Por suerte, ya había añadido lo que necesitaba a su poción, pero sabía lo que venía a continuación.
—Detención. Miércoles. A las 7 en punto. No llegues tarde—gruñó Snape—Y por favor, deja de tirar los ingredientes de pociones al suelo. No todos tenemos recursos para ser tan... derrochadores—.
—Sí, señor—contestó Harry morosamente mientras recogía las últimas virutas del suelo y las depositaba en la pequeña papelera de su escritorio.
—Caramba, Harry. ¿Es el tercer castigo que te pone este mes?—preguntó Ron en voz baja.
—El cuarto—susurró Hermione—Tuvo dos la semana pasada. Uno el domingo y otro el jueves. ¿Estás bien, Harry?—.
—Estoy bien—respondió él, escuetamente—Es sólo que Snape es Snape. Debería haber esperado eso después de lo que pasó en septiembre—.
—¡Pero eso fue la primera semana de clases! El jueves es Halloween. Son casi dos meses. ¿Va a seguir así el resto del año? Se está retrasando en sus clases. Tienes que decírselo a Dumbledore—.
—No, está bien. Es una suerte que haya programado la práctica de Quidditch para el martes, esta semana. Eso facilitará las cosas—.
—¡Pero es demasiado, Harry! Tienes clases con Dumbledore todos los lunes, castigos por lo menos una vez a la semana, práctica de Quidditch...—.
—Señorita Granger, por mucho que a todos nos guste escuchar cada detalle de la apretadísima agenda de Potter—entonó Snape desde el frente de la sala—quizá debería volver a su poción y dejar de meterse en lo que no le concierne. Si Potter desea tener más tiempo libre, debería dedicar más atención a sus estudios y ser más cuidadoso para poder librarse de las pociones correctoras y los castigos. Como eso no parece probable, tal vez deba hablar con el director para que lo saque del equipo de quidditch y así tenga un poco más de tiempo libre—.
—No, gracias, señor, me las arreglaré bien—respondió Harry con frialdad.
—¡Entonces vuelve al trabajo!—espetó Snape y media docena de personas saltaron visiblemente.
Poco después, el período terminó y Harry entregó una poción neutralizadora de aspecto decente y se dirigió rápidamente a la puerta.
Desde su primer encuentro, Harry se había reunido con Snape tres veces más. Contra todo pronóstico, cada vez encontraban algo de lo que hablar y Harry empezaba a disfrutar, o al menos a no disgustarse, de su tiempo allí. Sin embargo, la clase que menos le gustaba era la de Pociones. Era difícil conciliar el trato duro que le daban en clase con el civismo que mostraban en sus reuniones. La única vez que había habido alguna discusión fue en su última reunión, cuando Snape había presionado a Harry para que le diera detalles sobre su estancia en casa de los Dursley. Harry se había enfadado y había salido furioso antes de tiempo. Se había pasado el tiempo que le quedaba de castigo en la Sala de Menesteres lanzando maleficios explosivos a maniquíes indefensos. Tuvo que ir a hurtadillas al despacho de Dumbledore para que le volvieran a aplicar los encantamientos y poder volver a su dormitorio. Después, le preocupaba que Snape no quisiera reunirse más con él, así que la detención asignada hoy fue un poco de alivio. Harry trató de no insistir en el hecho de que se sentía aliviado de volver a ver a Snape. Ya era bastante confuso.
La noche del miércoles llegó más rápido de lo que Harry esperaba. Lo que Hermione había dicho era cierto, Harry estaba un poco sobrecargado de trabajo. A menudo se le encontraba terminando frenéticamente los deberes mientras se metía algo de desayuno en la boca o garabateando redacciones entre clase y clase. Como no tenía absolutamente nada de tiempo libre, los momentos parecían pasar volando.
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Just Like His Father
FanficUn error por descuido provoca un accidente catastrófico que revela secretos largamente ocultos que podrían alterar el curso de la vida de Harry para siempre. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Esta obra no es mía, le pertenece a jeka1215 en Ao3. Comparto esta obr...