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Desde que Chris se enteró del acoso que sufría Minho en la escuela se había encargado de buscar múltiples soluciones y había involucrado a la señora Bang, ya que la gravedad del asunto ameritaba ser manejado por un adulto. Entre los tres decidieron que no informarían al señor Lee del tema hasta que las medidas correspondientes tuviesen que ser manejadas a la vuelta a clase en enero, ya que Minho había dejado claro que su padre no tomaba en serio el tema del acoso y que ya era consciente de la situación de su hijo (el castaño no pudo cubrir a su padre en esta ocasión, pues había asuntos legales de por medio).

Mientras Jessica se rompía la cabeza por el tema, se aseguraba de que su hijo y sobre todo su amigo pasasen unas vacaciones de lujo, lejos de todo el dolor que debía haber estado pasado el menor durante años. 

Todo este estrés se le había juntado con la llegada de su esposo, quien se mostraba muy susceptible a la relación de Chan y Minho a pesar de que el primero le había asegurado millones de veces que el otro solo era un amigo, su mejor amigo. Lamentablemente era consciente de que su marido no era una persona de mente abierta, pero esperaba que no cambiase su opinión sobre el rubio si es que realmente estaba enamorado de Lee. Su hijo admiraba a su padre desde que era pequeño y estaba segura que el rechazo de este le destrozaría.

—¿Dónde están los chicos?— preguntó el señor Bang entrando a la cocina.

—Arriba— respondió la mujer sirviéndose un vaso de agua.

—¿Solos?— Jessica tardó unos segundos en asentir— ya te dije que no me gusta que estén arriba, y menos solos— se quejó el hombre frunciendo el ceño.

—Sungjin— dijo muy seria la mayor— deja a tu hijo un poco de privacidad, que ya está mayorcito— tomó otro sorbo de agua —Si estuviese con una chica no te quejarías tanto.

Y el hombre no pudo negarlo.

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—¿Puedo abrir los ojos ya?— preguntó el castaño impaciente mientras balanceaba sus pies en el aire tratando de distraerse.

—Todavía no— respondió el rubio trasteando en su armario ruidosamente provocando que Minho tuviese aún más ganas de mirar lo que estaba haciendo, el mayor le había indicado que cerrase los ojos pues tenía algo para él, pero llevaba casi dos minutos con los ojos cerrados y parecían alargarse cada vez más.

—¡Ajá!— exclamó Bang sujetando una caja envuelta en papel decorativo navideño— ya puedes abrir los ojos— indicó mientras que se posicionaba en frente del otro. Lee abrió los ojos rápidamente viendo la caja que sostenía el rubio, sorprendiéndose tanto que no pudo evitar mostrarlo en sus facciones.

—¿Es para mí?— se aseguró antes de nada, hacía años que no recibía un regalo y estaba terriblemente emocionado. El asentimiento de Chris hizo que le brillasen los ojitos y que una preciosa sonrisa se posase en sus labios, se levantó de la cama abruptamente y abrazó al mayor dejándolo atónito. Correspondió como pudo, notando como el pequeño se aferraba a él.—Muchísimas gracias Chris, gracias, gracias— susurró suavemente.

—No tienes nada que agradecerme, Min— dijo el australiano acariciándole el pelo suavemente— Sé que Navidad es en dos días, pero como no voy a poder estar contigo te lo doy por adelantado— Finalmente el castaño se separó y agarró el paquete que le tendió el contrario.

— No hacía falta enserio— lloriqueó mientras movía el regalo nervioso entre sus manos—Jo, es que yo no tengo nada para ti— protestó el coreano sin sentirse merecedor del presente.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2022 ⏰

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𝗱𝗲𝘀𝗽𝗶𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 ━ chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora