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Minho recogió su uniforme del colegio con manos temblorosas, los nervios dominando su cuerpo. No tenía pensado ir a la casa de Chris, oh vaya que no.

Cuando le llegó un mensaje de un número desconocido supo de sobra que era el mayor, ahí es cuando se dio cuenta de la propuesta que había aceptado y el compromiso que eso conllevaba.  Ni siquiera se tomó el tiempo de agendar al mayor, con dedos temblorosos trataba de teclear un "No puedo ir, lo siento", hasta que escuchó a su padre llegar a casa. Se escuchaban gritos y en ese momento supo que probablemente vendría de meterse en alguna pelea callejera y no dudaría en pagarla con él, a Minho no le apetecía estar toda la tarde de los nervios por su padre y menos por Chris, además quería aprobar historia.

Así que ahí estaba, recién cambiado a ropa de chándal, guardando su uniforme y listo para irse por unas horas de su casa. Entró en el chat del mayor, entrando en la ubicación que este le había mandado para tenerlo todo listo cuando saliese de casa. Bajó las escaleras listo para enfrentar a su padre.

—Papá, tengo que estudiar, volveré más tarde— dijo nada más divisó la figura de su progenitor en el umbral de la cocina. Frunció el ceño preocupado al no recibir respuesta.

Gruñidos salieron del hombre que parecía estar a punto de desplomarse en el suelo, el castaño se sorprendió y se acercó a este corriendo, ayudándole a sentarse en una de las sillas de la cocina. Arrugó la nariz cuando el desagradable olor del alcohol invadió sus fosas nasales. Aún esperando una respuesta miró al hombre mayor expectante, hasta que se dio cuenta de que este se había dormido.

"Que se joda", pensó Minho dejando a su preocupación de lado y centrándose en su móvil, salió de su casa con el GPS puesto, rezando para no perderse.

❝❞

—¡Voy!— gritó Chris cuando escuchó el timbre de la casa, bajó corriendo las escaleras. Si era Minho, llegaba 20 minutos más tarde de lo acordado, el mayor se había llegado a preocupar por el menor, pensando que se había perdido o que lo habían raptado. O que se había rajado que era lo más probable cuando se trataba del castaño.

Cuando abrió la puerta se sorprendió un poco al ver a este medio dado de vuelta con intenciones de marcharse, solo que cuando se dio cuenta de que Bang estaba en la puerta se giró avergonzado.

"Nota mental, correr más rápido" pensó Lee.

Chris observó al menor unos segundos tragando saliva, de cuello para arriba se veía igual que en las mañanas, su pelo igual de mullido y sus mejillas coloradas, sin embargo, de cuello para abajo llevaba un chándal bastante parecido al uniforme escolar que llevaba todos los días, solo que le quedaba a su talla y sus manitas no estaban cubiertas por la fina tela de la chaqueta del uniforme. Atractivo.

—Pasa— dijo finalmente el dueño de la casa, haciéndose a un lado para que el castaño pudiese pasar, este dudó unos segundos, sus pupilas temblorosas negándose a encontrarse con las de Chris. Después de vacilar un poquito, se quitó los zapatos y miró al rubio esperando las indicaciones de este.

—Puedes dejarlos ahí— señaló el zapatero que había en la entrada, el menor los colocó a un costado de este ordenadamente a pesar del poco control que tenía de su pulso en esos momentos, sentía su corazón salir de su pecho. "Ay Jesús, me va a dar una taquicardia" resonó en el cerebro de Lee.

—Sígueme— Minho siguió los pasos del mayor luego de que este ya estuviese casi a la mitad de las escaleras. Chris abrió la puerta de su habitación dejando que el menor pasase y se sentó en la alfombra que había en su habitación, el castaño copiando su acción, pero sentándose a una distancia prudente (5 metros era lo suficientemente prudente para Lee).

𝗱𝗲𝘀𝗽𝗶𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 ━ chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora