15

697 103 42
                                    

Minho se despertó sobresaltado al escuchar el pitido de su tono de llamada, incorporándose lentamente para ver a que se debía ese estruendo. Se frotó los ojos molesto por la claridad que emitía su teléfono el cual estaba encendido mostrando quien había interrumpido su sueño reparador, le dolía la cabeza de haber estado llorando tanto y sentía que le picaban los ojos. Revisó la hora sorprendido al ver que era la una de la mañana, no tenía consciencia de cuando se había dormido. Hizo el amago de agarrar su teléfono pero la jaqueca le hizo abandonar la tarea. Se volvió a tumbar en la cama, quien fuera que le estuviese llamando a la una de la madrugada podía esperar.

Un momento...¿Quién le estaba llamando a la una de la madrugada?

Se volvió a incorporar y agarró su teléfono con un poco más de decisión. Entrecerró los ojos tratando de ver el número y cuando por fin logró distinguirlo, lo reconoció como el de Chris. Frunció el ceño confundido, ¿porqué le llamaba Bang? Más bien, ¿porqué a estas horas?

Se dejó caer en la almohada otra vez y dudó unos segundos antes de aceptar la llamada, finalmente, se acercó el móvil en silencio a la oreja esperando a que el rubio hablase primero ya que era él quién había iniciado la llamada. Cerró los ojos sintiéndose agotado.

—¿Minho?— se escuchó tras unos segundos de silencio— ¿Estás despierto?

—No— dijo tajante el mencionado, no era su intención pero estaba demasiado adormilado todavía y la pregunta era muy estúpida— Soy sonámbulo.

—Wow...— susurró el australiano al otro lado de la línea— Eres una caja de sorpresas, Lee— el mismo sonrió levemente sin abrir los ojos aún, otro silencio invadió la línea siendo levemente interrumpido por la calmada pero ruidosa respiración del rubio.

—¿Qué quieres, Chris?— fue al grano, tenía mucho sueño y no entendía a qué venía la llamada. Por mucho que disfrutase de las conversaciones nocturnas el cansancio le estaba matando.

—¿Cómo que qué quiero?— preguntó el mayor genuinamente confundido, como si llamar a alguien en la madrugada siendo día lectivo fuese pan de cada día.

—¿Porqué me llamaste? Mañana hay clase— el castaño abrió los ojos finalmente, se estaba empezando a frustrar, se irritaba muy fácil cuando estaba cansado.

—¿Qué es que no puedo llamar a mi amigo simplemente porque me apetece hablar con él?— dijo ofendido Bang, aunque sus palabras sonase exaltadas, su tono de voz era suave y reconfortante.

—¿A la una de la mañana?— preguntó incrédulo Minho, el silencio del contrario lo irritó un poquito más de lo que ya estaba.

—Buenas noches Chris— contestó el menor con intenciones de colgar, pero los llamados del mayor hicieron que detuviese su acción.

—Era broma Min, no te enfades— aunque no podía verlo, el coreano podía sentir el puchero que los labios del otro estaban formando en ese momento— La verdad es que no podía dormir— confesó finalmente seguido de un silencio expectante.

—¿Porqué?— preguntó Lee con un tono de voz suave, el mayor sonaba preocupado.

—Estoy preocupado por ti— otra confesión, pero esta vez no dejó al castaño desosegado si no atónito.

—¿Por mí?— repitió tratando de asegurarse de que no estaba alucinando por la falta de descanso.

—Sí, por ti— aseguró Chris, se quedó unos segundos en silencio que dejaron al otro entender que no estaba seguro de decir las palabras que tenía en la punta de la lengua— Hoy en el recreo— volvió a pausar, Lee empezó a creer que lo estaba dramatizando a posta— te veías agobiado.

𝗱𝗲𝘀𝗽𝗶𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 ━ chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora