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"Christopher Bang Chan, te gusta Lee Minho"

"Espera espera, así no" pensó Bang estando en desacuerdo con sus propios pensamientos "Te gusta Lee Minho como persona, no como novio o algo así" corrigió el rubio a su propio subconsciente "Simplemente tienes una pequeña debilidad por el chaval" llegó a la conclusión perfecta de como nombrar a sus propias emociones.

—Sí, eso está mejor— murmuró el mayor con aún una mueca pensativa.

—¿El qué está mejor?— preguntó el castaño pensando que el australiano seguía hablando con él, su sonrojo había disminuido levemente en esos segundos de silencio.

—Eh— murmuró otra vez Chris, confundido— Ah, sí— cayó en cuenta de que había dicho en voz alta cosas que se supone que debían quedar en su mente— digo que la lámina te queda mejor si le das más sombra a esto— señaló un árbol que había en la hoja del bloc de dibujo— como estabas haciendo antes.

Minho alzó una ceja confundido, él todavía no había empezado a pintar la sombras del dibujo— Ajá...— murmuró el castaño con una leve sonrisa mientras asentía levemente, resulta que ahora el despistado era Bang— estaba dándole color al banco de la otra esquina de la hoja, pero como tú veas— bromeó Lee sintiéndose en confianza como para poder hacer ese tipo de comentarios con Chris. Mientras, este sonreía cariñosamente.

Esa pequeña debilidad se acercaba más a ser enorme.

❝❞

—Un placer hacer negocios contigo— dijo Minki mientras empujaba a Minho levemente, este dejando caer la caja de cigarrillos que acababa de comprar.

—Imbécil— susurró Lee molesto por el innecesario contacto físico con ese impresentable. Agarró la caja y la guardó en su mochila listo para abandonar la institución hasta que al girarse se chocó con un cuerpo que interrumpió su acción.

—Ay— se quejó el castaño se había pegado con algo duro en la frente, miró al frente tratando de descubrir la causa y quiso decir que se sorprendió al ver a Chris frente suya frotándose el mentón, pero sería mentira, de alguna manera se esperaba (o más bien deseaba) ver al rubio en todos los lados posibles, parecía perseguirle allá a donde fuera.

—Eso debería decir yo— se quejó el australiano de vuelta, mirando a Minho con el ceño fruncido levemente, no porque estuviese molesto con el menor o algo por el estilo, si no porque le dolía bastante la zona golpeada. En medio de quejidos, buscó con la mirada a los hermanos Boo; que era con los que solía volver a casa después de la salida; y chascó la lengua cuando notó que no estaban.

—Seguramente se fueron sin mí—dijo el rubio en voz alta, sin darse cuenta de ello.

—¿Quiénes?— la curiosidad del castaño lo traicionó y soltó esa pregunta sin pensar.

—¿Eh? Ah, los hermanos Boo— contestó el mayor siendo ahora consciente de que pensaba demasiado en voz alta, el estómago de Minho se revolvió al escuchar ese apellido salir de los labios del rubio. Una idea fugaz cruzó por su mente— ¿me acompañas tú a casa?

—¿E-eh? ¿Yo?— Lee se señaló a sí mismo con el índice derecho, enfatizando sus palabras y haciéndole ver más tierno a los ojos de Chris. Este asintió con una mueca linda a los ojos del menor— su-supongo que sí— contestó sin pararse a contemplar mucho la situación, el ambiente cálido haciendo que se deje llevar. Desde que había ido a la casa de Bang a estudiar se habían vuelto cercanos y hablaban diariamente, por lo cual Minho se sentía cómodo con él, a pesar de que todavía había veces que se molestaba con el mayor, pues era demasiado pasota en algunas ocasiones.

𝗱𝗲𝘀𝗽𝗶𝘀𝘁𝗮𝗱𝗼 ━ chanhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora