La Noche.

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Kirishima le había propuesto ir de fiesta esa noche. Claro que aquella oferta había sido dada una semanas atrás, sabe que necesita de anticipación para poder aceptar.

Inicialmente, no iba a ir, porque, ¿para qué? Disfrutaba más del tiempo solo en su casa, preparando snacks picantes, mirando series y películas que a la mitad se perdía todo porque se quedaba dormido.

Pero, cómodo, en su casa, sin preocuparse por nada más que la lucha en contra de sus párpados.

Aún así, el pelirrojo lo convenció porque iban a haber ciertas pastillitas mágicas... De esas que te hacen olvidar hasta tu apellido. Un regalo de Kaminari, el novio de Eijiro. (Muy buen regalo por cierto, ya sabe que pedir para su cumpleaños). Gracias a los cielos, el de ojos ámbar no asistiría, o al menos, no con ellos, iría con uno de sus mejores amigos, Sero.

Así que, iban los cuatro pero de a dúos, y cada quién por su lado. Además, Katsuki ni Eijiro se iban a responsabilizar del otro. Es decir, entraban juntos y quizás los primeros tragos se los compartían, pero después de media hora se iban a separar.

No entendía como es que Denki y él estaban tan relajados. Ya sabría que pasaba con esos dos al día siguiente. Digo, drogados y borrachos, algún desastre causarían...

Sí, él era el hetero soltero del grupo, lo cual era una desgracia pues detestaba estar al lado de esos dos mientras se comían la boca.

Ni un poco de empatía, comiendo frente al pobre.

En fin. Se preparó mínimamente bien, que si iba a salir, era un requisito conquistar a algunas chicas y conseguir algunos números, ¿verdad?

Porque sí, salidas casuales y algunas noches pasionales sigue teniendo, pero no le agrada la idea del compromiso. Más que nada porque disfruta estar tranquilo en las fiestas, bebiendo hasta que no haya más para tragar, sin tener que estar pensando en andar de fiel.

Ojo, que él no era de esos putos que ponen cuernos. Solo que no le iban esas cosas, si tuviese novia, ni saldría. Que las fiestas no se disfrutan de igual manera, joder.

Una camisa negra a botones con cuello en V, junto con un simple jean del mismo color, sus típicos tennis, (los más cómodos, de hecho, pues acostumbraba a bailar hasta que los pies le duelan), una chaqueta y un reloj en su mano derecha, que muy probablemente perdería más tarde.

De todas maneras era una fiesta casual, no es que tendrían una súper ceremonia.

Kirishima pasó por él en el auto de Sero, tocando una bocina totalmente fastidiosa a su parecer, apurandolo. Se miró al espejo de su habitación por última vez, retocandose un poco el pelo.

Guardó un condón en su bolsillo al igual que un paquete de pastillas de menta.

Todo puede ser, ¿cierto?

*
*
*

A penas llegaron y el lugar ya estaba lleno de gente. Eijiro le había dicho que allí todos se conocían entre todos, que un conocido que tenía un amigo que era compañero del dueño del lugar, lo había invitado y pues, él lo invitó.

El amigo del amigo del amigo era amigo del dueño... O algo así.

En la entrada, tuvieron que mostrar un brazalete, sí, era algo un poco extraño, pero se supone que es para que no hayan desconocidos o gente que se cuela.

Sí, el dueño está bañado en dinero al parecer. Si mal no recuerda, su apellido era Todomoki o... Todoroki... Por ahí.

Lo primero que veías al entrar era la gente. Eran muchos, mierda. Ya bailaban en su lugar, pero no todos. Con vasos en sus manos, los chicos charlando con mujeres, las mujeres... Bueno, evitando charlar con esos chicos. Todo dividido en grupitos, como es usual al comienzo. Las luces eran de colores pero al mismo tiempo bastante tenues, en el centro del lugar habían un montón de mesas acumuladas.

Solo de una noche, ¿verdad? [REINICIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora