REENCUENTRO EN TORTUGA

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El Holandés Errante había resurgido de las profundidades del mar para reclutar a los nuevos miembros de la tripulación, entre ellos se encontraba Will.

Jack miraba la escena a través de su catalejo. De pronto, David Jones miró en nuestra dirección y en unas milésimas de segundo, ya estaba en la perla.

Nos vimos rodeados de su tripulación, amenazándonos con toda clase de armas.

Sentí el frío filo de una espada rozar mi cuello junto a una presencia detrás mía, alejándome de Jack lentamente.

-Tienes una deuda pendiente. Has sido capitán de la perla durante trece años. Ese fue nuestro acuerdo. Reclamó el Capitán del Holandés Errante, quien tenía tentáculos en todo su rostro.

-Técnicamente, solo lo fui dos años. Ya que hubo un amotinamiento. Se defendió mi Capitán, andando hacia atrás poco a poco para alejarse de Jones.

-Entonces, fuiste un mal Capitán, pero Capitán de todos modos ¿O es que acaso no te has presentado todos estos años como el Capitán Jack Sparrow? Comentó con burla, haciendo reír a su tripulación.

-Te he ofrecido el pago, un alma para salvarme, la tienes abordo. Señaló Jack.

-Un alma no vale lo mismo que otra. Aclaró.

-¡Aja! Pero veo que estamos de acuerdo en mi propuesta. Falta discutir el precio.

-¿El precio? Le cuestionó curioso Jones.

-A ver... ¿Cuántas almas crees que vale mi alma? Preguntó sonriendo.

-Cien almas. Y tienes.. .tres días. Propuso el Capitán del Holandés Errante.

-Eres una joya amigo. Me llevo al muchacho y empezaremos... Jack comenzó a caminar en dirección contraria, pero uno de los piratas de Jones le frenó amenazándole.

-¡Me quedo al muchacho como señal y parte! Así solo te quedaran noventa y nueve más. Exclamó Jones, provocando que la tripulación volviera a reír.

Jack volvió avanzar hacia el otro Capitán -¿No conoces a Will Turner? Es noble, heroico, un soprano magnifico, vale por cuatro. Bueno, tres y medio. Oh, ¿Y te he mencionado ya... que está enamorado?

El plan estaba funcionando, algo cambio en la mirada de David Jones.

-De una chica, iban a casarse, están prometidos... Separar al uno del otro no sería ni la mitad de cruel que dejarles que se unieran en sagrado matrimonio... ¿Eh?

-El muchacho se queda, faltan noventa y nueve almas. Pero dime Sparrow, ¿podrás soportarlo? ¿Eres capaz de condenar a un inocente, a un amigo, a una vida de servidumbre mientras navegas a tu antojo?

-Sí, lo soportaré ¿Lo sellamos con sangre, digo... tinta? Afirmó Jack.

Jones agarró su mano, haciendo que uno de sus tentáculos la recorriera quitando la marca.

-Tres días..., tres días... Recordó el Capitán antes de retirarse junto a su tripulación, liberándonos del filo de sus armas.

-Señor Gibbs. Llamó Jack.

-¿Sí? Le contestó este.

-Me siento sucio y asqueado. Comentó para luego limpiarse la mano en la chaqueta del pirata.

-¿Y cómo pretendes cosechar esas noventa y nueve almas en tres días? Cuestionó Gibbs hacia el Capitán.

-Por suerte, no ha dicho nada sobre el estado en el que deben encontrarse esas almas. Observó Jack.

Piratas del Caribe: El cofre del hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora