Una vez habíamos conseguido llegar hasta el río, subimos a los botes para navegar por este.
Jack, uno de los piratas, y yo nos encontrábamos en el primer bote. Y seguido, el resto en el segundo bote.
-¿Por qué teme Jack adentrarse en mar abierto? Cuestionó Will hacia Gibbs. Decidí mantenerme atenta a la conversación.
-Si crees en estas cosas... hay una bestia que actúa a las ordenes de David Jones. Un ser con tentáculos gigantescos capaz de succionar un rostro hasta arrancarlo, o de llevarse un navío entero hasta las profundidades. El Kraken. Relató Gibbs, causando el silencio entre los piratas.
-Dicen que el hedor de su aliento es... Imagínate: lo último que oyes de este mundo, es el rugido del Kraken y el fétido olor de miles de cadáveres en descomposición. Si crees en estas cosas. Finalizó con una sonrisa nerviosa.
-¿Y la llave le librará de él? Volvió a preguntar Will.
-Eso es justo lo que Jack quiere averiguar. Hasta el punto incluso de visitarla... a ella.
-Ella. Recalcó Will como si no tuviera real importancia.
-Sí.
Lo cierto es que tampoco iban tan mal encaminados respecto al motivo por el que hacíamos todo esto. Aunque aún quedaba mucho por descubrir...
Los botes se detuvieron al encontrarnos con la orilla. Cerca de ella se encontraba una cabaña rodeada por los arboles.
-No os preocupéis compañeros.Tía Dalma y yo somos amigos, como uña y carne, inseparables casi. Lo éramos, lo fuimos, tiempo atrás... Comentó Jack tras haber bajado todos de los botes.
-Protegeremos tus espaldas. Afirmó Gibbs.
-Es lo de delante lo que me preocupa... Dijo el Capitán para después comenzar a subir las pocas escaleras que había antes de llegar a la puerta de aquella curiosa cabaña.
-Vigila el bote. Le ordené a Gibbs justo antes de seguir los pasos de Jack, causando que la orden fuera traspasando hasta el último de los piratas.
Jack abrió la puerta con cautela, revelando a una mujer de tez morena con el cabello lleno de largas rastas, sentada al rededor de una mesa de madera.
Al darse cuenta de nuestra presencia, una sonrisa apareció en su rostro al mismo tiempo que se levantaba de la silla.
-Jack Sparrow... Saludó alegre.
-Tía Dalma. Contestó de igual forma.
-Siempre supe que el viento te devolvería a mi...
Sus palabras se detuvieron en el momento que su mirada se posó en mi, haciendo aún más grande su sonrisa.
Lentamente se acercó hasta quedar en frente de mía. -Las historias son ciertas, al fin la has encontrado. Vuestro destinos se han unido después de todo. Susan Swann... un placer conocerte.
-El placer es mío. Respondí contagiándome de aquella sonrisa.
Después, su mirada volvió a posarse en otra persona: Will.
-Tú. El destino te reserva un transcendental cometido... William Turner. Dijo tras haber avanzado hasta él.
-¿Me conocéis? Preguntó un confuso Will.
-Tú quieres conocerme... Fue la contestación de la mujer.
-Nadie conocerá a nadie. Buscamos ayuda y no nos iremos sin ella. Interrumpió bruscamente Jack, alejando a Tía Dalma de Will.
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Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto
Fiksi PenggemarTres años han pasado desde que Jack y Susan se embarcaron junto a su tripulación en la perla negra para vivir una vida llena de aventuras juntos... Un trato forjado hace mucho tiempo les perseguirá, consiguiendo hacer volver el pasado de nuestros pr...