Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto

LEALTAD

Narrador Omnisciente

A una considerable distancia de nuestros protagonistas, se encontraba Lord Cutler Beckett, el responsable de haber reunido a toda la tripulación de nuevo.

Concretamente, estaba en frente del Gobernador Swann, a quien había mandado esposar.

-No hay nada como conocer la forma exacta del mundo y el lugar que se ocupa en él, ¿no creéis? Cuestionó al mismo tiempo que se entretenía con la espada del que un día fue el Comodoro Norrigton.

-Os aseguro que los grilletes no son necesarios. Le informó el Gobernador.

-Os he hecho venir porque creo que os interesaría saber el paradero de vuestra hija. Comentó refiriéndose a la menor de las hermanas que había conseguido huir de Port Royal en busca de su prometido, tal como ya sabéis.

-¿Sabéis algo de ella? Preguntó algo preocupado el padre al no haber sabido nada de su hija hasta el momento.

Otro miembro de la marina, Joshep Mercel, intervino en la conversación. -Fue vista por última vez en la isla Tortuga, de donde partió en compañía del conocido pirata Jack Sparrow, la segunda a bordo de este, es decir, su hija mayor, y otros prófugos de la justicia.

-La justicia, lo dudo. Señaló el Gobernador al ver la situación en la que se encontraba su familia.

Lord Beckett volvió hablar. -Entre ellos, el antiguo propietario de esta espada. Según creo. Dijo guardándola de nuevo en su funda.

-Nuestros hombres van tras ellos. Y la justicia será administrada mediante cañones, sables, y otros objetos metálicos despiadadamente afilados. Personalmente, me parece de mal gusto contemplar si quiera el horror que afrontan los de abordo. Finalizó el Lord, logrando originar el miedo del Gobernador por sus hijas.

-¿Qué queréis de mi? Le preguntó el Gobernador harto de las palabras del Lord.

-Vuestra autoridad como Gobernador, vuestra influencia en Londres y vuestra lealtad a la compañía de las aguas orientales caballero. Respondió Beckett.

-A vos más bien. Observó el Gobernador cediendo a dicha petición.

El Lord se aproximó hasta él. -¿Queréis que os quite los grilletes? Cuestionó.

-Hacer lo que podáis por mis hijas. Contestó a la par que los grilletes le eran quitados junto a la presión que estos ejercían sobre sus muñecas.

-¿Lo veis Mercel? todo hombre tiene un precio que está dispuesto a aceptar. Incluso por aquello que nunca espera vender.

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Narra Susan

Elizabeth comenzó a contarnos lo que había ocurrido desde que Will salió de Port Royal en busca de Jack.

Nos mostró unas patentes firmadas por un miembro de la marina, los cuales eran un trato que este le ofrecía a Jack a cambio de "colaborar"

-¿Beckett? Preguntó el Capitán al ver la firma.

-Están firmadas. Lord Cutler Beckett, la compañía de las indias orientales. Afirmó Elizabeth, provocando que Jack hiciera una mueca de desagrado al escucharlo.

-Will estaba al servicio de Beckett y no nos dijo nada. Aunque era demasiado extraño que después de tanto tiempo mostraran interés por nosotros. Comenté con desagrado.

-Beckett quiere la brújula. Solo hay una razón para eso... Observó Gibbs.

-Claro, quiere el cofre. Se percató mi Capitán.