XXV

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— Me gustaría que depronto me dijeras si tomas esa decision. — Zhan quería explicar su punto, pero la piel del doncel hirvió.

— Es algo que no te incumbe. Si regreso con el o no... Es mi problema. Lo más probable es que si porque todavía nos amamos. — Su rostro se puso rojo.

Zhan mordió sus labios indignado.
— ¿Lo quieres?

— No te importa!

— Bien. — Contuvo su respiración. — No me importa. No me importa nada que tenga que ver contigo...

El pelinegro se puso de pie  y el rubio lo siguió. Quería azotar la puerta tan fuerte pero se agitó tanto que se mareó... Antes de que tocara el piso Zhan lo alcanzó.

— Yibo... Yibo... Lo siento! — Yibo respiraba de forma pesada. — Sueltame.

— Lo haré en cuanto te sientas mejor. Estás un poco pálido. — El menor hizo un precioso mohín con sus labios recordandole a Zhan lo mucho que deseaba tenerlos...

El pelinegro bajó la mirada y en seguida Yibo se sonrojó.

Zhan miraba los dos puntitos rosados en su pecho... Totalmente erguidos. Al igual que sus labios le hacían sentir sedientos y el solo quería chuparlos un poco. Su garganta carraspeo.

Al ponerse de pie la bata que le cubría había caído. Estaba desnudo frente a Zhan. El instintivamente cubría su cuerpo... Zhan sonrió haciéndole fruncir el ceño mientras peinaba las hebras doradas sobre su cara.

Finalmente se acercó a el. Había contenido la respiración pero ahora jadeaba... Y el cuerpo entre sus brazos hacia que sus manos y todo su cuerpo cosquilleara.

El mayor pegó su frente con la del rubio. — Eres tan hermoso!

Yibo sintió que en el interior de su estomago algo se retorcía y estaba seguro que no era su bebé...

Teniendo a Zhan tan cerca, no pudo dejar de mirar los hermosos labios que siempre le provocaban los peores pensamientos. El rubio pego su cuerpo al del mayor y este soltó un pequeño gemido cuando su trasero fue apretujado por las manos grandes y delicadas del rubio.

Yibo se relamio los labios y Zhan se acercó más...Finalmente cerró la distancia y sus manos empezaron a viajar por todo el cuerpo. Yibo buscó la erección del otro y pronto bajó la cremallera para empujar el pantalón hacia abajo... Zhan aprovecho para deshacerse de las pantuflas.

El mayor no podía creer que Yibo estuviera desnudo encima de él.

Le besó de forma apasionada y con sus manos dibujo toda la silueta desde su pecho, hasta su abdomen hinchado y sus piernas largas... Finalmente se detuvo en el trasero firme.

Zhan habló entre gemidos cuando Yibo que se abrazaba a el chupaba su manzana de adan. — Estás tan mojado... — El pelinegro deslizó su dedo al interior haciendo que el rubio arqueara  la espalda... Y así le ofreció  sus dos botoncitos de fresa que lamió con devoción antes de comerlos. — Más. — Sentados uno frente al otro ambos comenzaron a restregar sus erecciones mientras sus dedos se hundían repetidamente en el otro. Yibo tenía miedo de intentar algo más por el riesgo de su embarazo.

— Otro. — Zhan contuvo la respiración, esta vez era el quien se arqueaba y Yibo devolvio el favor subiendo la camisa para  morder  y juguetear con los botones de chocolate llevandolo al limite.

La mano de Yibo estaba cubierta del liquido viscoso y lujurioso que provenía de su trasero. Yibo alcanzo a penetrar con tres dedos y para evitar el ruido le besó de forma desordenada. Más allá de sus labios y alrededor se impregnaban de la saliva del otro mientras los dedos entraban  y salían. Los dos habían masajeado hasta encontrar ese punto dulce.

Yibo sintió como los tres dedos le dilataban estirandolo al máximo... Tan extasiado...Arqueo su cuello y Zhan pasó su lengua.

Ambos empezaron a balancearse hacia adelante simulando la penetracion formando un concierto de gemidos apagados hasta que sus estómagos quedaron impregnados por el placer recibido.

Zhan se preguntaba... ¿Qué era lo que estaba haciendo?

Mientras el rubio tomó de sus esencias con un dedo y sonrio de forma ladina mientras saboreaba ambas esencias pasándolas por su lengua y la compartía al pelinegro con un beso robado.

Fresas Con Chocolate 《Versátil》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora