Lavandas moradas

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4.- A Shōto le gustan las flores moradas.

-si fallas haré que Uraraka san te cuelgue de un gancho de ropa.

Kaminari traga saliva, ¿quien dijo que los brócolis de 1.68 m no eran peligrosos?

Pero claro Midoriya no hacía esas cosas, él era un niño bueno que no mata ni a una mosca, pero al parecer Uraraka si.

-¿qu-que haremos hoy?

-pues aprovechando que hemos ido por los víveres, haremos este punto.

Señala su libreta y Kaminari asiente.

-quizás si es algo más ¿atrevido?, pero el plan era que con los primeros tres puntos hubieras tomado un poco más de confianza.

-creo que ahora me da un poco más de miedo.

-vamos Kaminari, solo son flores.

-suena más fácil decirlo que hacerlo.

-me aseguraré que te quedes a solas con él para que nadie los interrumpa ni vea, eso evitará que hagas un desastre por la vergüenza.

-¿qué no confías en mi?

-...No.

Kaminari bufa y asiente, él tampoco confiaba mucho en sí mismo.

No recordando que casi hace que una avalancha de rocas gigantes los aplasten y que casi intoxicó al bicolor con una sopa caliente.

Y solo, porque estaba caliente.

Era un fracaso, no lo decía él, lo decían las tragedias que le ocurrían 24/7.

-entonces vayamos, guiaremos a Todoroki kun cerca de alguna florería y compra...-piensa-una flor morada, con eso estará bien.

-¿una flor?

-si, solo una.

Asiente no muy convencido, ¿una flor? Se vería como un maldito tacaño.

-vayamos a buscar a Todoroki kun-le jala con él hacia una biblioteca donde Todoroki checa algunos libros de su interés.

-¡Todoroki kun! Acabo de ver un local donde venden pastas artesanales.

-¿de verdad?

-aja-el peliverde asiente.

-¿crees que haya soba?

-probablemente.

-vayamos

"Eso fue fácil" piensa el rubio.

Todoroki ahora camina a la par de ambos y voltea a ver al rubio.

-hola Kaminari, ¿comprarás una sopa?

-aah...quizás-asiente.

Siguen su camino después de la pregunta, Izuku va atento a pasar cerca de una florería, hasta que ve una cruzando la calle.

-¡es por acá!

Les hace cruzar la calle y caminan unos puestos más.

-oh, se me olvidó que compraría unos cómics, debo ir antes de que se terminen, regreso pronto, Kaminari kun sigan sin mi.

-te acompaño...

-¡no! Digo, esta bien, Kirishima debe estar ahí, iré a buscarlo, adiós.

Y corre lejos antes de que puedan detenerlo, se mantendría cerca por cualquier tragedia que (esperaba que no) pasara.

Denki y Shōto ven en silencio como el pecoso se aleja rápidamente por la acera.

-entonces, ¿seguimos? Quizás también quieres ir a otro lado.

Rayando el Sol-kamitodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora