Un dia en la feria

315 60 71
                                    

7.- Shōto nunca ha ido a una feria, haz que se divierta como nunca.
 
-Gracias por invitarme Kaminari-Todoroki agradece juntando las manos emocionado mientras el rubio termina de pagar las entradas de ambos.

-no es nada, yo...tenía ganas de venir y parece que tú eras el único libre-ríe nervioso.

Todoroki quita su expresión brillante.

-ah...ya veo.

-¡vayamos!

Jala a Shōto de la mano y este va distraído viendo todo a tu alrededor.

-¿qué haremos?

-no se, ¿qué quieres hacer primero?

-¿qué podemos hacer? Nunca había venido antes a la feria.

-¡¿qué?!-se exalta antes eso, por eso Midoriya le había dicho que lo cuidara bien mientras mordía sus uñas nervioso. 

Le había dicho que no fuera exagerado, no es como que lo fuera a perder.

-¿qué te parece si...¿Todoroki?

Mira a todos lados, la silueta del bicolor se había esfumado.

-¡con una mierda! Todo me sale de la ve...

-Kaminari.

Deja de aventar maldiciones cuando siente a Todoroki tocarle la espalda desde atrás.

-¡oh! ¡Ahí estás! Todoroki no te desaparezcas así nada más.

-lo siento, es que vi unos algodones de colores, ¿podemos comprar uno?

-ah si, vamos por uno.

Caminan hasta un pequeño puesto de algodones de azúcar.

-dos algodones de azúcar por favor.

El encargado rápido hace dos algodones de colores deferentes y se los entrega a Kaminari.

-aquí tiene.

-Gracias.

Paga y da la vuelta para darle a él bicolor el suyo.

-¿cual quieres Todoroki?

-el amarillo, por favor-no duda en pedirlo y Kaminari se lo entrega-es mi color favorito-le hace saber y Kaminari traga saliva nervioso y asiente.

-¿de verdad?

Todoroki asiente acercándose más-¿cual es el tuyo?

-oh bueno, el mío, no tengo color favorito porque hay muchos colores que me gustan, el rosa, el rojo, el azul...

Se pone a divagar y Todoroki suspira y asiente escuchándolo dejándose arrastrar por el rubio.

Caminan por la feria, Kaminari buscando algún puesto con juegos fáciles, pero no tanto, para poder impresionar al bicolor, mientras tanto este va viendo maravillado los juegos mecánicos y todas las chucherias que venden, hasta que pasan por un puesto y ve algo que sus ojos hacen brillar.

Un peluche de pingüino gigante.

Péguenle que podría estar soñando.

-ah ¿Todoroki? No te detengas o te perderás y no...

-lo quiero. 

-ah...¿como?

-quiero ese-apunta el pingüino frente sus ojos, podría jurar que es más grande que el mismo y súper pachoncito.

Camina sin esperar respuesta al puesto y saca su billetera directamente.

-quiero ese pingüino-le hace saber al señor del puesto extendiéndole un billete.

Rayando el Sol-kamitodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora