10. Explicación

12 3 0
                                    

Con una mano temblorosa le tendió un vaso de agua a su amiga, antes de sacudirla en un intento tranquilizador y sentarse frente a ella.

   — Gracias.

El tick tack del reloj de Peter se escuchaba claramente con el silencio que se había puesto entre los dos.

   — Escucha, sólo quería disculparme por lo de hace rato, no esperaba verte ahí, y entiendo si tu "deber como ciudadano" te obliga a reportarlo.
   — Espera, ¿que?
   — ¿Que de que?
   — Pues a eso, ¿Por qué tendría que reportarlo? ¿A quién?— preguntó confundido.
   — ¿Porque trabajo en Hooters? ¿A la junta directiva de la escuela?

Ambos intercambiaron gestos de desconcierto.

   — ¿Que tiene que ver que trabajes en Hooters?
   — Está prohibido trabajar en ese establecimiento mientras estoy matriculada en la Empire State.
   — ¿Porque habría de estar prohibido? ¿O porque habría que delatarte?
   — Es una de las "políticas" de la escuela, ningún estudiante debe trabajar en algún establecimiento que ponga en riesgo el prestigio de la universidad, y Hooters cae en esa categoría.
   — Quiero decir, Hooters no es el ambiente familiar por default, pero no creo que debería considerarse como un trabajo prohibido.
   — ¿Eso significa que no me vas a reportar?
   — ¡Por supuesto que no, es como si tu fueras a soltar panfletos de mi identidad secreta!

Ambos guardaron silencio, Peter suspiró y se acomodó el cabello.

   — Creí que me estabas evitando, es todo.
   — ¿Porque creíste que te estaba evitando?
   — Porque evadiste totalmente mi pregunta de tu trabajo.
   — ¿Que se supone que tenía que decirte? Oh, trabajo secretamente en Hooters los fines de semana, aprovechando que van hombres a verme en un mini uniforme y puedo sacarles buenas propinas por ello.
   — Pues si, quiero decir, si ponerme en shorts cortos me diera un poco más de propina decente como repartidor también lo haría, aunque creo que en mi caso sólo me darían una mala calificación en la app.

Olivia soltó una risilla, Peter se acercó a ella y le tomó la mano.

   — Olivia, no es por nada, pero se que eres una mutante que puede regenerarse de un disparo al instante, ¿Crees que voy a delatarte por usar unos shorts naranjas?

La chica rió. Borró su sonrisa de un suspiro y miró nuevamente a Peter.

   — Hay muchas cosas que no sabemos de los dos, y admito que me aterra un poco la idea de que me juzgues cuando veas el panorama completo.
   — Liv, lo acabas de decir tu misma, ambos no sabemos todo del otro, y créeme, no tengo mucho derecho a juzgar nada, por supuesto que quiero saber de ti, quien eres, sobre tu familia... Pero no voy a obligarte a explicar nada con lo cual no te sientas segura de decirme.

Viéndolo a los ojos, inundados de comprensión frunció los labios antes de continuar.

   — Creo que por ello mismo es tiempo para que te cuente de mi. Será una historia algo larga, así que toma la libertad de preguntar en cualquier momento algo que no hayas entendido ¿Si?

Peter asintió. Ella separó sus manos y se giró, quedando de frente a la ventana.

   — Empezó cuando tenía 12 años, acababan de terminar las vacaciones de verano. Gwen y yo habíamos ido juntas desde primaria, así que ese primer día no fue diferente. Su madre y ella pasaron por mi, el camino fue completamente normal, excepto por un pequeño dolor de cabeza.
Fue al llegar cuando las cosas empezaron a ponerse raras, escuché a Gwen comentar que sus padres habían escogido su ropa y no se sentía como ella misma, le comenté que no se preocupara, que se veía genial con su atuendo y me miró como quien mira un programa de magia. Estaba completamente asombrada, pero yo no sabía por qué.
El día siguió normal, a excepción del dolor de cabeza, que iba en aumento, y mientras más me presionaba, las voces iban en aumento: "No entiendo nada", "Olvidé mi almuerzo", "Tengo que ir al baño", "Necesito más vacaciones".
Todas esas voces al mismo tiempo, sabía que no eran mías. Eran de mis compañeros, y por alguna razón, yo los podía escuchar aunque no estuvieran hablando.
Salí corriendo del salón, las luces de pronto eran demasiado brillantes, estaba completamente abrumada, y no me di cuenta que Gwen me había seguido al baño.
Intenté echarme agua a la cara, pero no funcionó, y al verme al espejo sólo me vi brillar en esta luz brillante. Me asusté y grité, el vidrio se rompió y varios pedazos me cayeron encima. Vi mis brazos, llenos de arañazos cerrarse al instante, y a Gwen, de pie frente a la puerta del baño, viendo como lloraba. Sin pedir explicaciones, sin decir nada se arrodilló junto a mi, sin importarle que los trozos de espejo cortaran sus rodillas o se mancharan sus medias, y me abrazó.
Se quedó conmigo hasta que mis padres me recogieron.
Al día siguiente llegó a mi casa un hombre, el profesor Charles Xavier. Nos explicó brevemente que era un mutante, y tenía una escuela especial que albergaba a personas como yo, para poder aprender a controlar y desarrollar correctamente nuestros poderes.
Tres días después, mi familia me llevó a la academia para jóvenes dotados.
Ahí empezó mi odisea.

~°~°~°~°~°~°~°~°

Hello! Espero les haya gustado el capitulo, comentan y denle a la estrellita si así fue. Hasta el siguiente capitulo.

-Gylfie

*Capítulo corregido*

Golden spiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora