Golden spider

22. Atentado

Con la invitación hecha, los dos grupos de estudiantes se dirigieron a un café cerca para seguir discutiendo sobre la propuesta de ley. Mientras se dirigían al lugar, Peter no les quitaba los ojos de encima a los dos jóvenes del MIT, en especial a la chica. Por su parte Olivia no podía dejar de ver a Peter, y por otra parte, Eddie no podía dejar de notar aquella tensión entre su amiga y los otros.

Cuando llegaron, juntaron un par de mesas al fondo para caber todos y esperaron a que les llevarán los menús.
Mientras MJ hablaba con Gwen sobre los casos que estuvo investigando, sintió que la cara de uno de los chicos se le hacía extrañamente conocida. Después sus ojos se iluminaron.

   — Eres Peter Parker
   — ¿Que? —preguntaron Olivia y Peter al mismo tiempo.
   — ¡Si! ¡Ya te recuerdo!

Peter intercambió una rápida mirada con su amiga, pero esta negó con la cabeza, tan confundida como él.

   — Un café mediano americano.

Fue entonces en que Peter comprendió a qué se refería, y la esperanza en su pecho se esfumó.

   — ¿En la tienda de donas?
   — ¡Claro! Ned, este es el chico que te decía.

Ned hizo una expresión de reconocimiento, como recordando o por fin entendiendo un chiste. MJ se dirigió nuevamente a Peter.

   — Perdona, pero cuando tienes un único cliente que compra sólo el café quemado en una tienda de donas, sin una dona, es algo que no se olvida.
   — ¿Tan mal gusto tengo?
   — Hmm, al menos pudiste haber pedido el chocolate caliente, era bastante rescatable.
   — Lo tomaré en cuenta a la próxima.

La conversación cambió rápidamente de dirección, y ahora era una amena plática sobre escuela, trabajo y pasatiempos que podrías reconocer fácilmente en personas de su edad.
A pesar de eso no todos estaban tan enfrascados con la conversación, Eddie notaba la mirada perdida de su amiga. Reconocía esa mirada, era la misma que ponía cuando tenía que resignarse a dejar una nota de lado, o hacer lo que fuera por conseguir información. Era su mirada de decisión, poniendo su balanza moral en juego, hacer lo correcto de forma inmoral o no hacer nada pero lo "moralmente correcto".

   — Hey, Liv —captó la atención de su amiga— ¿Me acompañas al mostrador? Quiero pedir algo nuevo pero necesito una opinión.

Era una petición curiosa, pero captó lo que él chico intentaba hacer. Así que se levantó sin decir mucho. Ya alejados de la mesa, Eddie le preguntó directamente.

   — ¿Todo bien?
   — ¿Que? Oh si, todo bien
   — Tiene que ver con Peter y los de MIT, ¿cierto?
   — ¿Cómo lo...?
   — No necesito ser telepata para notar que algo pasa, ¿sabes?

Olivia se puso en alerta. No era posible que Eddie supiera su secreto ¿O si?
Después de su encuentro "interesante" en el salón de exposiciones, era obvio que sabían que ambos ocultaban algo. Pero era imposible saber el que, ¿o no?
Mientras pensaba en que contestar la campanita de la puerta repicó.
Entró al local una mujer alta y con el cabello sujeto en un moño, sin un cabello fuera de lugar. Su expresión era estirada y seria. La mujer se metió a la fila frente a los jóvenes, los cuales protestaron, aunque la mujer no les hizo el mínimo caso.
Tanto Eddie como Olivia la reconocieron. Era la senadora Carolina Crane, una de las aliadas del senador Kelly en la ley de registro mutante.
Por su actitud hacia ellos y el personal del café, no era una sorpresa que tuviera semejante posición política.
Se volteó a Eddie para ver si tenía la misma idea que ella cuándo su mente se quedó en silencio.

Fue entonces que Olivia lo escuchó. Una voz dentro de su cabeza sin permiso.

"El objetivo está en el mostrador, permiso para detonar" una pausa, "Afirmativo".

La piel en su nuca se erizó y apenas tuvo tiempo para reaccionar antes de que la entrada del local estallara.
El aire se llenó de una densa nube de polvo, y una luz rojiza iluminaba el local.
Tardó unos momentos en enfocar y ver que aquella luz era fuego expandiéndose, y otros momentos más en aterrizar su mente. En cuanto tuvo claridad se giró rápidamente para verificar la seguridad de su amigo.
Su corazón dio un vuelco cuando frente a ella en lugar de su amigo, estaba una criatura con apariencia de alquitrán y grandes ojos blancos viéndola fijamente.

   — ¿Eddie?
   — Somos Venom —contestó en una voz grave.

Se escuchó un chillido antes de que una de las cafeteras reventara, Olivia se cubrió con los brazos, pero aquella criatura ya había bloqueado las esquirlas disparadas.
Escuchó un sonido viscoso antes de bajar los brazos y ver nuevamente a su amigo.

   — ¡Tenemos que salir de aquí!

Los llantos y gritos flotaban dentro de la niebla. Olivia tomó el brazo de su amigo deteniendolo.

   — ¡Tenemos que evacuar el edificio!

Eddie hizo una mueca en desacuerdo, pero resopló en resignación.
Se acercó a su rostro y la vio directamente a los ojos con severidad.

   — Que no vean tu rostro, cúbrete bien.

Entonces se alejó dentro del polvo y fuego.