Golden spider

9. Desacuerdos

El sol daba de lleno en las ventanas del edificio iluminando los pasillos mientras Peter se dirigía al club de periodismo. Su clase había acabado e iba a ayudar con el artículo de la exposición a Olivia.
Ya en el pasillo, se detuvo en la puerta al escuchar una discusión dentro. Era su amiga.

   — ¡Ya habíamos hablado de esto Eddie! ¡No entiendo porque lo vuelves a poner en discusión!
   — ¡Solo fueron un par de veces, me tomó desprevenido!
    — ¡¿Desprevenido?! ¡Todo el semestre he estado cubriendo tus notas y el trabajo de fotografía!
   — ¡Perdón por ser una persona ocupada!
    — ¡¿Crees que no entiendo eso Eddie?! ¡Todos en el club tenemos trabajos, no eres especial!

Hubo una pausa antes de que Olivia agregara.

   — Escucha, en este momento no estás en condiciones para discutir esto y lo entiendo, ve al médico, recuperate y hablaremos de esto luego.
   — ¡Ya te dije que no necesito un médico!

La discusión se interrumpió rápidamente por un fuerte golpe y el ruido de varias cosas cayendo al piso seguidas de un grito de su amiga. Peter sintió su nuca zumbar, se apresuró a abrir la puerta y entrar.
Eddie estaba en un lado de la habitación, con la piel pálida, sudando y jadeando de pie junto a un montón de papeles e instrumentos, mientras Olivia estaba al otro extremo, en una posición de defensa-huida. Cuando lo vieron, Eddie frunció aún más el ceño, al contrario de su amiga, quien relajó su expresión en alivio.
Eddie pateó un montón de hojas y se apresuró a la puerta en un tambaleo, pero antes de que saliera Olivia agregó en tono firme.

   — Solo intento ayudarte, Eddie. No estoy en contra tuya.

El chico se quedó quieto un momento antes de seguir con su camino, cerrando la puerta tras de sí.
En cuanto el seguro hizo click, Olivia se tumbó en el suelo y se cubrió la cara con las manos, en una clara muestra de frustración. Peter se arrodilló al momento frente a su amiga, y tomándola suavemente de las muñecas, le descubrió la cara.

   — Hey, ¿estás bien? ¿Qué pasó?
   — No es nada, sólo fue un poco de drama —dijo ella, con la mirada hacia abajo— no entiendo que le sucede.

Peter dudó por un momento, pero apartó el cabello de la cara de su amiga, lo acomodó detrás de su oreja y acomodó su mano en su rostro, haciéndola voltear hacia él.

   — Es por el puesto de fotógrafo, ¿cierto? Me alegra que me hayas ofrecido el puesto, pero no te quiero causar problemas por ello.
   — Peter, te lo ofrecí porque necesitamos a un fotógrafo, ya lo habíamos discutido con él y lo había tomado bien, pero ahora... Se veía tan confundido, enfermo incluso.
   — Estará bien, posiblemente sólo necesita un poco de descanso.

El chico apartó su mano y se sentó junto a ella.

   — Tampoco se si soy la mejor opción para el puesto, ya sabes, como Spiderman tiendo a desaparecer en los momentos menos oportunos.
   — Peter, créeme que hasta el momento lo único que has hecho es aparecer en los momentos más oportunos. Ahora que se quien es Spiderman no creas que voy a olvidar que me salvaste aquella noche después de que salí del gimnasio.
   — ¿Sigues recordando eso?
   — ¡Pues claro! Me salvaste de un asalto.
   — ¿Se sigue considerando salvar si la persona que salvas se puede regenerar en un momento?
   — Pete, el hecho de que pueda recibir un disparo y curarme casi al instante no significa que lo disfrute.

La chica tomó la mano de su amigo y la apretó.

   — Y te agradezco por ello.

Ambos se levantaron, y recogieron los papeles y materiales que Eddie había tirado al suelo.
Salieron del salón y se dirigieron a la bicicleta.

   — Estaba pensando si querías salir hoy en la noche, pienso acabar alrededor de las 8 o 9, y sigo bastante intrigado por todo el tema mutante.
   — Me encantaría Peter, pero los fines de semana tengo turno en la tarde, salgo hasta las 2.
   — ¿De la noche? ¿Dónde trabajas?

Olivia frunció los labios y evadió la pregunta.

   — ¿Quizás la siguiente semana?
   — Amm... Claro, la siguiente semana será.

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Ya habían pasado horas y el trabajo mantenía su mente algo ocupada, pero aún así Peter no lograba comprender el porqué su amiga le había cambiado la conversación tan radicalmente. Sólo había preguntado sobre su trabajo, y ya sabía sobre su "identidad secreta", cualquier trabajo no sería tan sorprendente ¿o si?
Mientras terminaba de entregar un pedido, su celular sonó con un "ping", avisándole que había otro pedido para recoger cerca de ahí. Presionó "aceptar", se subió a la bicicleta y se dirigió al restaurante.
Al llegar, las grandes letras neón de "Hooters" le alumbraron la cara. Estacionó la bicicleta y entró al local. Se pudo haber esperado muchas cosas, más no esperaba ver a Olivia en uniforme completo del lugar, tendiendole una gran bolsa de papel, tratando de verlo sin expresar tanta sorpresa.
Sin embargo Peter se quedó viéndola a los ojos, hasta que ella habló, sacándolo del shock.

   — El pedido fue pagado con tarjeta, no hay necesidad de pagar, ¡Gracias, vuelva pronto a Hooters!
   — S-si, gracias, buenas noches.

Tomó la bolsa y sin decir nada más, le dio la espalda y salió del restaurante.
Metió el pedido en la mochila verde y se dirigió a la dirección de entrega.
Hizo un par de entregas más antes de apagar la aplicación y regresar a su apartamento.
Si bien ya no tenía nada más que hacer, se quedó deambulando en pijamas, y cuando escuchó la puerta contigua abrise, se congeló. Se quedó escuchando el ruido al otro lado de la pared, algunos pasos, la ventana abrirse, unos ruidos metálicos y luego unos golpesitos en el vidrio de su ventana, mostrando a una Olivia con ojos cansados.

   — ¿Puedo pasar?

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Hello there. Lamento no estar actualizando con la constancia que debería (o me gustaría), últimamente no he estado en mi mejor momento, y la verdad más que nada sigo tratando de escribir para anclarme un poco a tierra. No sé si es la depresión haciendo su aparición again, los finales, crisis de los 20's o todo junto.
Solo tenganme un poco de paciencia. Espero que disfruten la lectura.
Les amo💜

-Gylfie