Golden spider

20. Ley De Registro Mutante

Los días siguientes habían sido algo complicados, Spiderman estaba metido nuevamente en primera plana, y se había anunciado una investigación oficial sobre quién había robado aquella información de Quentin Beck, y si era mérito de castigo por robo de información confidencial o sólo una pieza más a la incriminacion del héroe arácnido.
Si bien Peter le había preguntado sobre ello a Olivia, ella respondía cada vez que no recordaba con claridad lo sucedido.
Los demás del club también estaban preocupados por aquella perdida de memoria, pero porque lo atribuían a aquella fuga de gas. Le habían sugerido ir al médico, pero ella afirmaba estar en plena forma.
Poco después una noticia opacó a otra, aunque esto no trajo mucho alivio a los dos chicos, pues ahora en primera plana se leía:

"Ley de registro Mutante, ¿una propuesta o una realidad?"

Olivia tomó el periódico y empezó a leer la nota en voz alta.

— El asalto al Departamento de control de daños sigue en investigación, la falta de agresión ha dificultado la obtención de pruebas en el caso. Pero las imágenes obtenidas mediante las cámaras de seguridad indican la presencia de una "Metapersona", no sería la primera vez en que nuestra sociedad se ve amenazada y afectada por personas que buscan ser más de lo que son —hizo una pausa para mirar a Peter con angustia antes de continuar— por esto mismo, se está proponiendo una vez más en el Congreso una ley ya aplicada en los 70's, La Ley de registro mutante, como una forma de regulación a todas estas personas con poderes que caminan en nuestra sociedad como si el mundo les perteneciera.

Olivia bajó el periódico, y se lo pasó a Gwen, quién al notar la angustia de su amiga terminó de leer el artículo.

— La propuesta de ley será revisada el siguiente jueves en punto de las 12 del mediodía, en el Congreso de Nueva York, para así dar a conocer al público la opción de seguridad.
— ¿Opción de seguridad? —bufó Eddie con desdén— es un chiste siquiera proponerlo.
— Tenemos que ir como prensa, debemos de dar preguntas con un punto de vista objetivo —mencionó Harry.
— ¿Pero no se requiere algún pase especial o alguna invitación para poder pasar como prensa? —preguntó Peter, Gwen le contestó.
— No hay problema con ello, mi padre puede conseguirme un permiso directo, y vamos en representación de la universidad, así que por ese lado no hay problema.

Todos empezaron a trabajar en las preguntas para llevar al congreso, investigando casos directos de discriminación hacia mutantes y armando preguntas concisas para lograr poner en jaque cualquier punto en contra de la comunidad mutante.
Peter notaba como su amiga estaba centrada en el trabajo, tratando de evitar hacer contacto visual con nadie, porque el también conocía esa sensación, si hacía contacto visual con alguien, se echaría a llorar.

El tiempo pasó, y cada quien se llevó una parte del trabajo para seguir construyendo las preguntas en sus casas.
Peter salió del edificio junto a Olivia, y la detuvo antes de que se subiera a su bicicleta.

— ¿Quieres que te acompañe al trabajo?
— ¿Eh? Oh, renuncié la semana pasada.
— ¿Que?
— Me estaba quitando mucho tiempo de la escuela, y necesito pasar mis exámenes, además que gano lo suficiente los fines de semana. Voy directamente a casa ¿Vienes?
— Claro.

El viaje al departamento fue en silencio, y al igual que en el club, ella apenas y le dirigió la mirada.
Una vez dentro del edificio, mientras ella se despedía sin mucha emoción, Peter sostuvo la puerta, evitando que la cerrara por completo. Solo hasta ese momento ella lo vio a los ojos, y como él chico había pensado, estos se llenaron de lágrimas al instante.
Fue entonces que lo dejó pasar. Él la abrazó y ella se aferró alrededor de él, llorando sobre su pecho.

— ¡Ay Peter, lo siento tanto! —sollozó ella— ¡volví a ti y a los demás mutantes un blanco! ¡Y ni siquiera recuerdo como lo hice!

El chico sintió como las rodillas de su amiga empezaban a fallar, y la llevó hasta su cama, él se sentó en la orilla y dejó que ella se tendiera, poniendo la cabeza sobre su regazo. Sin decir nada, dejó que ella soltara lo que tuviera que soltar, sólo limitándose a acariciar su cabello y pasarle kleenex.

— ¡Lo siento tanto! ¡Arruiné todo!

Ella siguió lamentándose en una combinación de idiomas. Lloró hasta que los ojos le ardieron y la garganta le quemaba. Aún cuando el departamento estaba nuevamente en silencio, lágrimas seguían saliendo sin permiso de sus ojos, sólo cayendo cuando esta recordaba parpadear. Si bien Peter no dominaba del todo el español, escuchó y entendió a la perfección el comentario que soltó la chica.

— Estarías mejor si no me hubieras conocido.

Peter detuvo entonces las caricias a su cabello y la miró fijamente.

— ¿De qué estás hablando?

Ella siguió viendo a la nada.

— Te he metido en un lío tras otro, y ni siquiera he sido capaz de compensarte por ello.
— ¿Compensarme por ello? ¿A qué te refieres?

Fue entonces en que la chica se incorporó y lo vio a los ojos.

— Te prometí regresar las memorias de tus amigos, y ni siquiera puedo recuperar las mías.
— Liv, el valor que tienes para mí va más allá de si puedes regresar o no algunas memorias de alguien de mi pasado, ¿y que si estoy en primera plana? Soy Spiderman, es parte del encanto.

Peter tomó las manos de su amiga, y se acercó a ella con cautela.

— No importa que pase, cada día vale la pena el haberte conocido.

Pasó una de sus manos al rostro de la chica y agregó.

— Me arrepentiré de tomar leche entera en lugar de deslactosada antes de combatir el crimen, pero jamás de haberte conocido.

Dicho esto, se acercó y besó su frente con suavidad. Una parte de él deseaba dirigir ese beso un poco más abajo, pero no sabía si era su sentido arácnido o sólo su sentido común el que le decía que no era el momento adecuado, así que se conformó con ello antes de levantarse.

— Descansa Liv, en la noche traeré algo de comer para los dos, ¿Alguna sugerencia?

Ella negó y sonrió suavemente. Así pues Peter se retiró, dejándola en su apartamento vacío.