21. El Congreso

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Los días habían pasado, los chicos en el club de periodismo tenían listas su preguntas, Gwen había conseguido no sólo el permiso para ir, sino también excelentes lugares de prensa.
La tensión en la comunidad iba creciendo con la ayuda de noticias amarillistas dando por hecho aquella ley, y la paciencia de los chicos disminuía tan rápido como la temperatura.

El día había llegado, las nubes cubrían el cielo, dejando una luz grisasea sobre la ciudad. Al llegar al edificio, Gwen les entregó los pases a cada uno para que se lo colgaran al cuello, Eddie y Peter tenían las cámaras listas para capturar momentos cruciales. En cierto momento, mientras buscaban sus asientos, Eddie avisó a los demás que se iría a una de las orillas, para tener más ángulos de visión.
Harry preparaba su libreta de anotaciones con todas las preguntas y artículos recopilados para el debate, mientras Gwen y Olivia se preparaban para lanzar las preguntas, en especial Gwen, quién tenía una lengua tan afilada como un cuchillo y un don de improvisación para poner en jaque a cualquiera en cuanto viera la oportunidad. No por nada era hija de un capitán de policía.

Mientras tanto la sala de prensa se llenaba, y Olivia logró detectar cierta incomodidad por parte de Peter. Así que le habló por lo bajo.

— ¿Todo bien Tigre?
— ¿Que? Ah si, no es nada —dijo un poco perdido, para después repasar el comentario de su amiga y verla con una sonrisilla— ¿Tigre?
— Es sólo un decir burro —se defendió, para después volver al tono serio— te ves un poco distraído ¿Sentiste algo?
— No lo sé, no es la punzada es más un...
— ¿Presentimiento?
— Si ¿También lo sientes?
— Se podría decir que si, como telepata me es difícil a veces no sentir las emociones de las personas a mi alrededor, y pensé que quizás era eso, pero contigo... Lo mejor es estar pendientes de todo.

Peter asintió antes de volver a poner su atención al evento, donde ya empezaban a llegar algunos de los representantes a favor y en contra de la Ley de Registro. Del lado a favor de la ley se destacaba el senador Kelly, quien era conocido por ser un hombre altamente conservador y reacio a ver una realidad más allá de la suya.
La sala estaba llena, y a pesar de las bajas temperaturas en el exterior, el calor dentro del lugar obligó a muchos a quitarse sus abrigos.
La sala soltó un suspiro de sorpresa cuando Hank McCoy subió al podio de defensa.
Por supuesto, cualquier persona que estuviera bien documentada sobre activismo mutante sabría la tensión que generaba tener al Senador Kelly, uno de los mayores exponentes anti-mutantes, y a Hank McCoy representante de la senadora Teodora Dominic activista por los derechos mutantes, mutante activista cubierto de pelaje azul de casi dos metros de altura y miembro activo de los X-men.

Olivia se hundió en su asiento un momento, tratando de mezclarse con su entorno. Aunque casi de inmediato se irguió nuevamente, pensando que era tonto creer que el hombre le daría más importancia a una ex alumna que huyó hace años a una propuesta de ley que ponía en riesgo a toda la comunidad mutante habida y por haber.

El debate dio inicio con los puntos a abarcar en dicha ley: El cómo la libre "distribución" de mutantes afectaba el orden público, el cómo las mutaciones eran un peligro para la sociedad y el como debían ser regulados por el gobierno.
Las comparaciones con el Tratado de Sokovia no se hicieron esperar.

Las preguntas de prensa comenzaron. Gwen no tardó en intentar llamar la atención junto con otros reporteros más.
En cuanto tuvo la oportunidad lanzó su pregunta.

— Gwen Stacy Universidad Empire State. Senador, menciona el peligro que los "metahumanos" presentan para la sociedad, pero aquí la verdadera pregunta es ¿Que peligro presenta la sociedad para los mutantes?
— Me temo que no comprendo su pregunta señorita.
— Me refiero Senador, a que busca afectar a la totalidad de población mutante por crímenes que no han cometido teniendo como base sólo el miedo. ¿Cómo busca justificar este acto de odio?
— Se le llama prevención señorita Stacy, y le aseguro que los humanos comunes no presentan ninguna amenaza para los metahumanos. Siguiente pregunta.

La expresión de Gwen se contrajo en una mueca de enojo, pero se redireccionó casi de inmediato con la siguiente pregunta. Y no sólo fue ella, todas las cabezas giraron.

— ¿Que hay del caso de Jonah Smith?

Peter sintió su corazón atravesar su pecho, mientras el de Olivia caía a sus pies.

— ¿Disculpe?
— Michelle Jones, MIT. El caso de Jonah Smith, ¿Lo conoce Senador? Un niño de 11 años fue acosado y golpeado por cuatro chicos de preparatoria, dejándolo en un coma del cual acaba de despertar, eso fue hace un año. ¿Cuál fue su crimen preguntará usted? Tener escamas y respirar bajo el agua.
— Un caso aislado y desafortunado.
— ¿Que me dice de Amelia Brown? Una florista, fue amenazada directamente e ignorada por las autoridades ¿Su crimen? Darle un poco de bioluminicencia a las flores que vendía.
— Señorita Jones, estos son casos aislados que nadie conoce.
— ¿Que me dice de Rebecca García, Samuel Miller, Nick Thomas? La lista es larga senador, y le aseguro que cada uno de estos nombres fue mencionado por la NBC, puede verlo en su teléfono ahora mismo.
— Se ve que hizo una larga investigación señorita Jones.
— Así fue señor, ¿y usted?

Después de ello las preguntas siguieron lloviendo, y a pesar de que Peter disparaba el flash, su atención ya no estaba en los senadores o la asamblea, si no en la chica de cabello rizado acompañada de una cara igualmente conocida. Olivia intentó seguir el paso de Gwen al lanzar preguntas, pero su atención se desvió tanto a su amigo, que Harry tomó las riendas.
La Asamblea terminó antes de lo esperado, los medios no dejaban de lanzar preguntas incómodas, mostrando el descontento con la radical propuesta de ley.

Mientras recogían su cosas para marcharse, el equipo de MIT se acercó a los 5 muchachos. Peter se quedó pasmado.

— Hey, soy MJ, el es Ned. Queríamos invitarlos a tomar algo, nos gustaría hablar con ustedes sobre la Asamblea.
— ¡Estuvieron geniales, tuvieron puntos muy buenos!
— Ustedes tampoco se quedan atrás —contestó Gwen y miró a MJ— tu inicio fue brutal, todas las preguntas se dispararon después de que hablaste.
— Fue gracias a que ustedes dieron pie de entrada.

Harry terminó de guardar su libreta en su mochila y sonrió a los nuevos conocidos.

— ¿Entonces vamos por un café?

Golden spiderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora