Capítulo 4

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—¡¡Joven amo!! ¡Creímos qué no volveríamos a verle!
Le hemos buscado por todo el territorio, el consejo jamás dejó de buscarle, se lo aseguro.—Comentó el duque, corriendo a su encuentro, mientras veía a la servidumbre encargarse de la llegada del conde al palacio.

Jeongyeon liberó una larga exhalación de cansancio.
Dejándose llevar al comedor real luego de que organizarán un gran banquete por su llegada.—¿Te encargaste de todos ellos, Kang?—Indagó, luego de beber un largo sorbo de su copa, coloreando de rojo sangre su boca.

—Cada uno. El territorio que le habían arrebatado a sus padres desde que la dinastía Im se instaló en esta tierra, ha sido devuelto en nuestras manos. Creo que era su quinta generación gobernando antes de que la gente de Tiroka viniera aquí.—Contestó Seulgi, llevándose un trago de licor a la boca mientras observaba expectante a su mayor, devorar con hambre y satisfacción de la caza que habían realizado el día anterior en un pueblo vecino. Sangre fresca de una joven de muy buen linaje sacrificada sería suficiente para hacerle recuperar todas las fuerzas que había perdido en la batalla. —El rey murió en la guerra contra el ejército de Tiroka, así que no hay nadie que reclame el trono si tengo entendido, la reina murió hace años, con el nacimiento de su primer hijo, el cuál también creo que..

—Hija.—Interrumpió ante la nueva información que recibia, detuvo un gran bocado a una media distancia de su boca antes de ladear la cabeza y contestar. —La he encontrado.—Por lo general no solía comer la carne de sus víctimas, pero en ese momento se hallaba tan hambrienta luego de largos días sin comer, que era muy difícil contenerse y separar la carne de sus restos.

—¿A la princesa de este territorio?—Indagó Kang, confundida. Creyó que se trataba de un varón. Había escuchado que le habían perdido el rastro hace tiempo, así que supuso que había muerto.
Bueno, debía tratarse de una humana ordinaria, no veía cuál era el punto.

—A la condesa.

—¿A la condesa?—Esta vez fue Panpriya que interfiere entre curiosa y alarmada. No puede ser cierto, todos en la mesa lo pensaron.

Jeongyeon asintió, para luego escupir con desociego.—En el cuerpo de esa chica. —Bebió otro largo sorbo, sin mucho ánimo. —Debió haber encarnado mal. No hay rastro de ella en el espíritu de esa chica, pero su apariencia física, es idéntica..—Comentó con lucidez, sosteniendo con más fuerza cada vez la copa pronta a llevar a sus labios.—...Y el olor de su sangre, demasiado dulce... Es ella. Pero debió de haber extraviado todas sus memorias.. Es eso o finge no conocerme.—Concluyó con mal humor.

—No creo que se trate de la misma persona, mi señora.—Comentó Seulgi tratando de aligerar los ánimos.

—Y si es así como dice su majestad, y perdió sus memorias, no recuerda quién es, ni lo que le hizo a su majestad, entonces no creo que valga la pena reiterar letal venganza contra una chica ordinaria que a simple vista es totalmente inocente, mi señora.—Se atrevió a añadir Panpriya, esta vez dedicándole una pequeña sonrisa a Jennie, quién se encontraba en el otro extremo de la mesa.

—¿Entonces crees que debería dejarla ir por la vida como si nada?—Cuestionó Jeongyeon perdiendo los estribos, mientras depositaba de forma brusca la copa sobre la superficie de la mesa. Varios vidrios e hilos de sangre salieron volando. —Estoy atada a esta vida por su culpa, si no lo recuerdas. A diferencia de todos ustedes. —Miró a sus compañeros, había elegido a uno por uno de su consejo, luego de aniquilar a su propia familia, se hizo cargo de todo, ofreciéndoles una nueva vida llena de lujos, si se unían a su reinado, ya que toda su gente se había vuelto en su contra luego de ser transformada en tan atroz criatura. —Tuvieron la oportunidad de elegir. Yo no. Les ofrecí eternidad y poder, hicieron uso de su libre albedrío antes de ser transformados por mí. Los encontré cuando no eran nadie, y no hay nadie más poderoso que yo en todo el territorio, arrasé con todos los clanes de vampiros conocidos, así que deberían ir pensando en dónde enterraran sus huesos si piensan ponerse en contra de la razón por la cuál los elegí.—Se levantó de su asiento, dirigiendo una mordaz mirada a cada uno.

VAMPIRES LOVERS \ 2YEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora