6

2.7K 345 299
                                    

Chuuya se encuentra limpiando telarañas en el techo de Rimbaud, ahora que se queda en su casa siente que debería ayudar un poco.

—Chuuya, tu amiguito extraño está en la puerta — Le avisa Rimbaud entrando a la habitación.

Chuuya baja al suelo y le entrega el plumero a Rimbaud.

—Gracias— dice y luego sale de la habitación, camina hacia la puerta y ve un reloj de pared diciendo "10:23".

Chuuya abre la puerta y ve a Dazai ahí parado, se ve tan preocupado, antes de que Chuuya pueda decir algo, el castaño ya se aferró a él en un abrazo.

—¿Qué te pasa?—

—Te esperé por 20 minutos y no llegabas, pensé que algo malo te había pasado—

Chuuya suspira, se siente ofendido ¿Quién sería capaz de lastimar seriamente a Chuuya?

No hay muchas personas que sean capaces y la mayoría aún no conocen a Chuuya

—Pasaron cosas y me quedaré aquí por un tiempo —

Rimbaud ve la escena y algo dentro de él se siente irritado ¿No es Chuuya un poco joven para que alguien tan perturbador esté cerca de él?

—Chuuya, Dazai ¿Qué tal si van a la sala a hablar?— Interrumpe Rimbaud jalando ligeramente el cuerpo de Chuuya hacia atrás, sacándolo del agarre del castaño.

Chuuya mira a Rimbaud.

—Pensaba en ir con él a mi habitación— Menciona Chuuya, Rimbaud le había dado un cuarto propio luego de que despertó.

—No—

—¿Por qué no?—

—Solo hazme caso Chuuya —

El pelirrojo lo mira un poco más y luego suspira, asiente con la cabeza y toma a Dazai de la muñeca.

—Vamos Dazai —

El castaño sigue a Chuuya jalando un poco su brazo para tomar directamente la mano de Chuuya.


Dazai y Rimbaud se miran fijamente y el adulto está seguro de que él y el castaño no se van a llevar bien.

Ambos se instalan en la sala, Dazai saca de un bolso: una computadora portátil, cuadernos, plumones, marca textos y más decorativos.

—¿Y todo eso?—

—En la agencia descubrí que decorar mis notas me genera serotonina y tú sabes que la necesito—

—Sobre eso, en esta vida vas a ir al psicólogo y al psiquiatra — Chuuya toma uno de los plumones, están decorados con frutas, así que lo abre y lo huele, es de mora.

—Tú también —

—Tal vez, tú lo necesitas más que yo—

—Que yo tome terapia no significa que tú no puedas, no es por turnos, idiota —

—Dejando eso de lado, entonces tenemos 3 cosas fundamentales por ahora, Banderas, Oda y tus subordinados—

—¿Hablas de Akutagawa?—

Chuuya lo estuvo reflexionando en la mañana, ¿Cuál es la necesidad de que ellos se conviertan en niños soldado otra vez?

—Y de Yumeno y Gin— Responde —Podemos mantenerlos lejos de este tipo de vida, tenemos la ventaja, podemos protegerlos—

—¿Lejos de la mafia?—

—Si, que sean niños normales esta vez— Chuuya sonríe y luego nota a Dazai muy pensativo —Antes de que te niegues, aún podemos entrenarlos, solo digo que no deberíamos meterlos en la vida de crimen —

Una historia de rencarnada por: Nakahara ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora