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Chuuya mira a Atsushi y a Yumeno.

—Entonces, ¿Qué creen que caera primero, el bolígrafo o este libro?— Pregunta.

Yumeno levanta la mano.

—El libro, pesa más—

—¿Y tú qué piensas Atsushi?— Pregunta Chuuya.

—Ambos—

Chuuya sonríe.

—¿Por qué?—

—No lo sé, pero lo he visto—

—Intenta suponer algo, no hay respuestas malas porque estás aprendiendo—

—Emm... Tal vez porque están en caída libre, supongo —

Yumeno camina hacia la silla de Chuuya y extiende sus brazos para que el pelirrojo lo levante, Chuuya lo hace en silencio.

—Estás cerca, lo que pasa es que en el aire y con objetos como el libro o el bolígrafo no hay una fuerza de resistencia— Chuuya termina de rellenar algunos documentos antes de hacer otra pregunta —¿Y qué pasa si cambiamos el libro con una hoja de papel?—

Atsushi reflexiona por un momento.

—Las hojas caen más lento— Responde.

Chuuya asiente en señal de que respondió correctamente.

Yumeno se acurruca contra Chuuya para dormir un rato.

—¿Y sabes por qué?—

Atsushi vuelve a quedarse en silencio para pensar.

—Bueno, usted dijo que es por la resistencia, entonces supongo que la hoja retiene el aire por su forma—

—Eso es correcto—

Atsushi parece feliz de oírlo.

Chuuya solo saca un paquete de estrellitas y le pega una dorada en la frente a Atsushi.

Chuuya luego mira a Yumeno y le pone una roja.

—Ten, por hacer tu mejor intento, sigue así —

Atsushi toca la estrellita dorada con sus dedos, se siente realmente feliz.

Yumeno no hace un escándalo por la estrella porque se estaba quedando dormido cuando Chuuya se la puso.

—Chuuya—

—¿Si Yumeno?—

—¿Puedo decirte papá? Abuelito dice que eso eres—

Chuuya le quita un par de mechones de los ojos a Yumeno antes de responder.

No entiende por qué a Rimbaud le gusta tanto que le digan "abuelito", en la mañana lo escucho presumir el "precioso ángel" que era su nuevo nieto a cualquiera que cruzara unos buenos días con él.

También está feliz de que Mori les diera permiso de traer a Atsushi, el hombre dijo que no había problemas mientras Chuuya cumpliera con su trabajo, incluso les dio permiso de jugar por ahí mientras no rompieran nada o molestaran a los empleados.

Chuuya piensa que Mori es un poco más amable en esta vida, tal vez lo nota porque el pelirrojo está menos estresado con todo en general.

—Puedes hacerlo si quieres —

Yumeno sonríe como si aquella fuera la mejor noticia del mundo y una vez más se acurruca en el pecho de Chuuya para dormir.

Pasan varios minutos y Chuuya sigue con su trabajo.

Una historia de rencarnada por: Nakahara ChuuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora