25. Faith

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Capítulo 25. Eliah

25 de julio de 1916

Florencia

Hamish ya no podía seguir mirando la fotografía. El único consuelo que tenía en aquel momento es que había descubierto que las caras borrosas que aparecían en su mente en momentos de tensión no pertenecían a gente que había matado. Uno de los rostros que percibía entre visiones cuando le daba un ataque de shell-shock era el de su padre, era ese mismo retrato, pero no soportaba verlo delante de él ni un minuto más. No sentía rencor hacia él, ni rabia, ni pena. No sentía nada. Por eso mismo le dolía tanto.

Estaba en medio del pasillo, sobrepasado por todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Nunca se imaginó que el proceso de recuperar la memoria iba a ser tan duro ni tan cruel. Respiró hondo durante varios minutos. Se sintió culpable de haber tratado de malas maneras a Eliah, que estaba haciendo esfuerzos sobrehumanos para ayudarle, incluso cuando las esperanzas eran mínimas, así que se dirigió de nuevo a la habitación.

Cuando estaba a punto de entrar, Eliah apareció en el umbral de la puerta. Hubo un breve silencio antes de que éste hablara.

─Creo que aquí ya no hay nada más ─afirmó mientras enfilaba el pasillo.

Hamish no le siguió. Se quedó allí plantado, mirando el interior de la habitación, como si su cuerpo supiera que tenía que seguir buscando. Obligó a su memoria a hurgar en los recuerdos, a encontrar algo que había olvidado. Repasó mentalmente toda la información que retenía sobre su vida en aquella casa, las visiones, los lugares, los nombres, los objetos, los sonidos. De repente su mirada se dirigió hacia un lugar concreto de la habitación. En la repisa de la ventana que estaba entre la cama y un gran escritorio, había una fila de libros que se dejaban entrever detrás las cortinas. Hamish cruzó la habitación y los observó. «¿Qué estoy buscando?» se reprochó a sí mismo mientras pasaba la vista por los lomos. Entonces alzó el brazo y su mano se dirigió instintivamente en dirección a la cortina. Al deslizarla, vio una especie de cuaderno de cuero de menor tamaño que los libros, en un sitio que parecía pensado para esconderlo de la vista de quien entrara en la habitación. Cuando Hamish lo cogió, tuvo la sensación de haberlo sostenido en sus manos cada día de su vida. Lo abrió por una de las primeras páginas y reconoció su propia letra, pero no las palabras que habían allí escritas.

─Eliah ─llamó tras leer algunas líneas por encima.

Éste acudió enseguida y se acercó a él.

─ ¿Qué es?

─Está escrito por mí ─Eliah se adelantó y miró el interior con interés, observando cada letra─. Es como un diario militar. Pone todos los lugares en los que he luchado, las fechas de cada batalla... Hay anotaciones de las estrategias y las maniobras, el número de heridos... ─explicó mientras pasaba las páginas con cuidado.

─ ¿Y estas listas de nombres?

Cada diez páginas había una larga fila en la que figuraban decenas y decenas de nombres, algunos acompañados de un "-desaparecido" o "-capturado".

─Creo que es un registro de bajas.

Una luz se encendió en la oscuridad de la conciencia de Hamish. El recuerdo de cierto nombre escrito de su puño y letra estaba grabado a fuego en su memoria. Pasó las páginas con los dedos rápidamente hasta llegar a la fecha que buscaba. «Octubre de 1915» El cuaderno estaba en blanco a partir de esa fecha, días antes de que le ocurriera el incidente de la alambrada. Eliah se percató de ese detalle. Pero entonces Hamish volvió hacia atrás y se paró cuando encontró una de esas listas. Repasó con la vista cada uno de los nombres y segundos más tarde dio con él. Lo leyó para sí y luego lo pronunció en voz alta.

FAREWELL (NovelaTerminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora