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Me desperté y escuché el chasquido de la estufa, Julián llegaba hasta la noche, sentí su beso en la madrugada antes de irse y recuerdo entre sueños que le dije que le dejé el desayuno hecho desde anoche y que tomara una manzana. Bajé de la cama y sentí el piso helado, se me habían caído los calcetines en la noche, estaba odiando esa costumbre japonesa que yo misma instauré en la casa de no usar zapatos adentro. Tristan se estaba preparando un café, mierda. Por qué tenía que llegar hoy.
-No puedes entrar a mi casa así como así.
-Sí pude, tu cerradura no es difícil de forzar.
-Vete, no quiero esto, no ahora.
-Siempre dices lo mismo cuando tú misma me llamas.
Era verdad, pero tenía años que no contestaba mis mensajes, no era como que quisiera que apareciera, sólo me gusta quejarme y saber que me lee, aunque me deje en visto; ayer fue diferente le envíe nuestra palabra clave. Sin decirle nada me fuí al sofá y al sentarme me acomodé la panza. Tristan fue corriendo a tocarme el vientre y gritó eufórico:
-No! No! No!
-Cállate, haces que me estalle la cabeza.
-¿Por qué te embarazaste?
-¿Sabes que la gente generalmente felicita y después pregunta?
-Tú no puedes embarazarte, no puedes.
-Ves que sí, ¿quieres que te cuente? Julián me empezó a tocar...
-Para.
Tenía el semblante más gris y pálido de lo que ya es, más ojeras y todo lo demás estaba igual. Igual de flaco, sólo que más largo.
-Ya ví por qué llamaste, ¿qué fue?, ¿te sientes gorda y fea? lo estás, ¿Julián se fue con otra? qué pendejo pero no te sientas mal, a muchas embarazadas les pasa...
-No es eso, yo... yo tenía miedo, tengo miedo de ti. Traté de no pensar en ti y me forcé a no escribirte pero ya no pude, agradezco que no respondieras pero ayer fue demasiado, tienes razón, no puedo, no puedo hacer esto.
Tristan se rió, orgulloso porque me conocía, me conocía mejor que yo misma, me abrazó.
-Vámonos.
-¿A dónde?
-A un lugar con playa y un verano eterno.
-Tú odias la playa.
-Pero tú no.
-Voy a parecer una foca si me pongo bañador.
-No hay focas en las playas, pero si hay lobos marinos, esos son más esbeltos y a mi gusto más bellos, ¿sabías que tienen pelo? Y orejas y aletas pequeñas a los costados, las focas carecen de...
-No quiero ir a una playa.
-Ya sé, algo más nostálgico, vamos a algún país europeo en la costa helada del ártico, tienes playa y hace frío, puedes usar esos suéteres enormes que tanto te gustan y tendrás altas probabilidades de morir de hipotermia. Encantador, ¿no?.

TristanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora