Con amor y buenas intenciones

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Sábado, los fines de semana Anaria no trabajaba en el hotel. Los sábados trabajaba desde casa y los domingos iba a la iglesia temprano, comía con Mimi y John para luego regresar a casa.

Mimi y John Han eran los dueños del mejor hotel en la ciudad. John había sido como un hermano para su padre, se conocían desde niños. Su padre había sido uno de los pocos en apoyarlo y después a su matrimonio en construir todo lo que tenían. Anaria nació y creció con ellos, con el hotel y con Lin. Por tanto, ahora que Lin tenía treinta y dos años y paso a ser la CEO, ella era su secretaria.

Ese día Jake invito al director Ferad. No estaba brincando de la emoción, pero de ninguna forma dejaría que Jake fuera a algún lugar de la ciudad con él. Suficiente con dejarlo ir al centro deportivo.

Anaria estaba en la cocina como una verdadera ama de casa, sus rizos oscuros sujetados en un chongo, jogger gris de algodón y una blusa unas tallas más grandes que su cuerpo la uso tantas veces que el cuello se estiro tanto que le caía por un hombro.

Estaba moviéndose con una canción, intentaba que la música la distrajera lo suficiente, y bebiendo agua antes de irse a preparar para recibir a su visita.

Anaria volteo a su ropa. Bien no tenía sentido cambiarse cuando aún faltaba lavar la ropa. ¡Era su casa! ¡podía usar lo que le diera en gana!

—¡Nana, Henry está aquí!

La voz de Jake llego hasta ella, después el sonido de la puerta y los pasos arrastrándose sobre el falso suelo de madera. Anaria detuvo la música y salió. Solo lo vio con sudadera aquella vez que fue a ayudarle a Sami, no se acostumbraba a su apariencia fuera del trabajo.

—Hola. —Sonaba de muy buen humor—. Espero no estar interrumpiendo sus planes de sábado.

—Para nada Jake me dijo que jugarían hoy.

—Si él me va a enseñar, no juego en línea desde hace años.

—Le intente enseñar a Nana pero no es muy buena. Mi habitación esta de este lado vamos.

Jake arrastro al director Ferad y Anaria se quedó de pie en la sala pensando que no era la gran cosa jugar.

Jake mantuvo la puerta de su habitación abierta como prometió y podía escuchar sus risas y todas las cosas que hablaban "¡esta atrás de ti!" "¡ahí dispárale!" "¡Vámonos! ¡vámonos!" "Necesito curarme" Con ella nunca estaba tan emocionado ni soltaba tantas carcajadas. Era la mala: la que lo ponía hacer tarea, la que le decía que limpiara su habitación, que le ayudara con las actividades de la casa, quien le pedía buenas calificaciones e iba a levantarlo de su cama cuando no se quería lavar los dientes.

Después de estar en la casa del director Ferad cuando estuvo enfermo, Jake lo mencionaba a diario, y la empatía que sintió por él ese día se estaba esfumando hoy ¿en tan poco tiempo ellos se convirtieron en una especie de super mejores amigos? Porque para Anaria el director Ferad no era tan impresionante.

Venga si tal vez Jake tenía curiosidad, el director es hombre y Jake siempre esta con ella, con Sara o Lin o Mimi y por supuesto sabía que su favorito era John, le encantaba estar con John, incluso le encantaba estar con el ingeniero de mantenimiento y sus hijos.

Su padre no estaba así que tal vez con tantas mujeres a su alrededor cuando estaba con alguien del sexo opuesto debía sentirse como su igual.

Pero lo que más le estaba molestando era esta especie de celos absurdos ¿Cuántos años tenía? ¡Cinco! Debería estar feliz de que Jake tuviera más amigos, pero no, ella estaba queriendo competir con su jefe por la atención de Jake.