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El día siguiente Anaria y Sara, se reunieron en la sala de estar de la casa de Lin.

—¿Qué hice? El único empleo que había conseguido hasta ahora ya no tengo.

Después de dormir y telefonear al CEO Colton para saber sobre Itai. Sami paso de furia a sensatez, dándose cuenta de la situación en la que estaba luego la serie de palabras hirientes que dijo ayer.

—Puedes trabajar en el hotel.

—Lin ya me dejas quedarme aquí, tu generosidad a ese nivel no es algo con lo que pueda.

Sami estaba trabajando en una laptop que Lin le presto, dejo de teclear por un momento.

—Ya tengo opciones: servicio al cliente, pero tiene horribles referencias; cajera en el turno nocturno de un supermercado o tienda de autoservicio, pero pagan menos que en call center; mesera en un bar contratación inmediata, o bien cualquier otro trabajo de mostrador, donde me panguen lo mínimo y este en servicio más de doce horas.

—Que alentadora estas —hablo Sara desde su asiento. Sami solo le hizo un gesto como diciendo "es lo que hay"

Anaria salió de la cocina con una taza de café sentándose a lado de Sara y comenzó a abrir las cajas de pizza que habían ordenado.

—No es por ser aguafiestas, pero tengo que ir a recoger a Jake, así que en lo que Sami valora sus opciones, comamos. Venga Sami anímate, la pizza con queso te ayudara a decidir.

Sami comió tres rebanadas.

Las demás se fueron y solo quedaron Lin y ella. No le agradaba ser cajera en el último turno, todo el mundo va a Walmart los domingos y sábados en la noche haciendo filas enormes a pesar de la tienda ya no deje pasar más clientes. Atención a clientes ni pensarlo. Salir y aventurarse a encontrar un trabajo ella misma. Seguir perdiendo tiempo en la cama del cuarto de invitados de Lin no era una opción cuando necesitaba dinero para sobrevivir.

—Ya he servido mesas antes —en el restaurante de su tía—, pero me da algo de miedo un bar.

Lin le sonrío.

—Es temporal y no en todos esos lugares hay peleas y drogas, mira que peor sería un antro. —Quito la laptop de las piernas de Sami y las puso en la de ella—. por la ubicación, mi casa está más cerca que el edificio de Anaria y Sara, puedes quedarte aquí cuanto lo necesites.

—Gracias.

—No hay problema.

—No, hablo en serio, sé que soy básicamente una extraña, pero no sé qué hubiera hecho sin ustedes tres, te devolveré el favor Lin tan pronto como pueda.

—Hey somos amigas ahora, de hecho, nunca tuve un roommate cuando hice la licenciatura, siempre quise saber que se sentía. —Lin se tomó una pausa y mordió la orilla que le quedaba de la rebanada. Sami sabía que había dejado a todos algo incomodos con su declaración en el hospital—. Lamento lo de tu familia no tienes que hablar de ello si no estas lista. Con Anaria sospechábamos que algo te paso porque te veías como si estuvieras a punto de romperte y la forma en la que llorabas en la iglesia tan quieta, transmitiendo tanto dolor, lucias igual a alguien que perdido todo.

—Perdí todo Lin.

—No todo, podrá parecerte ridículo o hasta molestarte después de que tus seres amados partieran aun así te lo diré: nunca perdemos a Dios —Sami sonrió tal vez ella no tenía una cultura de fe como otras personas, pero los respetaba y aceptaba las buenas intenciones—. Estamos nosotras ahora, tan fuertes como nos necesites, ¿no viste la expresión de Sara ayer? no quiero ni pensar las cosas que le dijo al presidente cuando salimos contigo.

Con amor y buenas intencionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora