Con amor y buenas intenciones

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Sara termino yendo a la reunión de exalumnos, no estaban todos aquellos que estudiaron lo mismo durante su generación, pero sí que había muchas personas básicamente todas las mesas a pesar de ser largas estaban llenas, aunque Sara no los conocía a todos no podría decir que alguien quedo excluido pues los grupos de amigos estaba por todos lados.

Sara se sentía un tanto nerviosa afuera del restaurante, pero una vez que entro no fue necesario que ella localizara a sus compañeros conocidos, pues en una de las mesas del lado derecho reconoció a cinco personas llamándola y gritándole: "¡Sara viniste!" "¡mira tu cabello!" "¡¿Qué te hiciste?!"

Eso fue lo único que necesito para relajarse, sonreír y sentarse.

La estaba pasando bastante bien con todo lo que salía de la boca de uno de sus amigos, Víctor, y no solo ella si no que toda la mesa se carcajeaba.

Lydia, Alma y Michelle siempre fueron amigas en la escuela y también eran ambles con Sara. No era tan apegada a ellas al punto que fuera la cuarta mejor amiga, pero siempre trabajaron bien y comían juntas en la cafetería. No era una sorpresa que las tres seguían juntas.

Luego estaban Tom y Victor. El primero se había casado con Michelle hace seis meses después de años de noviazgo. El segundo era el más cercano a Sara, con quien hizo más trabajos, espero muchos autobuses, y tuvo conversaciones sin principio ni fin durante los cuatro años de clases, seguía teniendo la misma personalidad graciosa y por cada cinco oraciones que decía al menos una de ellas tenía un chiste.

Víctor era la clase de amigo que el propio sonido de su risa causaba más risas.

Por eso los demás y ella también o se ahogaban con la comida o las cervezas.

Sara termino su Taro helado antes de decirle a Victor.

—No has cambiado en nada, no sé cómo tu esposa te soporta.

—Yo tampoco sé cómo lo hace ¡incluso tendremos un bebé!

Alzo su vaso de cerveza y brindo con los tragos de las demás, el vaso de Coca-Cola de Tom y el vacío de Sara.

—Si ya lo dijiste, creo que no mas cerveza para ti, es tarde los demás ya se están yendo.

—Puede que tengas razón, Emily viene hacia acá en un taxi por mí.

—¿Hiciste que saliera de tu casa embarazada?

—Oye ella es muy fuerte y solo estará en el taxi ¿Quieres que te pasemos a dejar a tu casa?

—Tendría que revisar cuánto cuesta la cuota dividida.

Abrió su app en el teléfono y apareció una notificación, un mensaje de Colton

—¿Se la está pasando bien?

Sara sonrió mientras respondía.

—Si, me divertí, ya iré pidiendo un taxi o me quedare dormida en la mesa.

—¿Dónde está?

—En el restaurante de parilla que está en la 7ª avenida y la calle Garay

—Estoy cerca, podría pasar"

—¿Esta seguro? ¿no quiere ir directo a su casa?

—No tardare.

Sería muy pronto para adjudicarle a la comida las descargas que estaba sintiendo en el estómago.

Frente a su asiento Alma la estaba llamando.

—Miren esa sonrisa, tu novio te está escribiendo algo interesante.