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¡Disfruta el capítulo!
Los días pasaron y para ser la mitad de su segunda semana Sami ya estaba mejor adaptada. Trabajar en el Bar de Joe era agotador, pero a diferencia de trabajar para Even, Sami solo se agotaba en sus horas laborales.
Siguió tomando pedidos entre mesa y mesa y llevándolos a la barra. Regreso con su bandeja cargada de mojitos y escucho la silla de la mesa tras de ella deslizarse
—Aquí están sus tragos.
Tomo la bandeja bajo su brazo mientras giraba para atender la siguiente mesa.
—Buena noche ¿qué... —guardo silencio.
Even estaba ahí de pie. La respiración de Sami se detuvo ¿Qué hacía ahí? Aún seguía molesta con él pese a que en los mensajes que le dejaba decían que solo quería hablar con ella.
—No tomas mis llamadas así que tuve que venir a buscarte yo mismo. Solo quiero hablar.
Él había estado llamándole desde lo que paso en emergencias lo sabía bien porque tenía el teléfono cerca para ver entrar su llamada.
—No hay nada de qué hablar. ¿Qué te traigo?
—Sami por favor.
Volvió a sentir esa opresión en el pecho y la garganta cuando se te empañan los ojos y haces el mayor esfuerzo por contener el llanto, pero aun así el sonido de tu voz se rompe.
—Lo que dijiste sobre mis abuelos y sobre mí fue peor que un insulto incluso sacaste a relucir que ya no tengo padres.
—No debí tratarte así ese día, estaba aterrado por Itai, tenías razón solo buscaba estar a la defensiva y me porté como un idiota no sabía que tus abuelos también fallecieron no tenia el derecho a mencio...
—Para por favor Even, estoy trabajando y si no vas a pedir nada será mejor que vayas a casa y cuides de Itai.
—Sami —insistió.
—¿Debería pedir a alguien más que tome tu orden?
Exhalo y negó. —Whisky.
Sami fue a la siguiente mesa por otra orden, pero aún tenía el corazón en la garganta. Cada paso quedaba sentía la constante mirada de Even en ella. Ni siquiera la canción I don't know, que estaba sonando, la relajaba.
—Aquí tienes.
Tal vez golpeo más fuerte de lo que debería el cristal contra madera.
Por desgracia uno de los empleados cercanos a Joe la vio justo en ese momento y se acercó para decirle que fuera más amble con los clientes.
Así que Sami forzó su sonrisa y le dijo a Even.
—Si necesita algo más pídamelo.
—No tienes que ser gentil.
—Si tengo.
Continúo trabajando.
La presencia de Even con sus ojos arrepentidos como si su azul no fuera suficiente para distraerla; el recordatorio para que sonriera y fuera amable; los zapatos que Lin le había prestado, mojo sus tenis el día anterior, haciéndola sangrar. Todo se juntaba.
Y apenas eran las diez de la noche.
Por lo menos no había tantas personas y cerrarían con suerte a la una porque sus pies no aguantarían más esto.
Even pidió la cuenta, Sami estaba aliviada que no bebiera más que un vaso de whisky, puso el dinero y vaso en la bandeja. Cuando Sami regreso con el cambio Even ya se había ido.
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Con amor y buenas intenciones
RomanceSami Watson termino en otra ciudad, sin escuela, sin trabajo y completamente sola. Comenzando de nuevo llega a la oficina del Even Facio para el puesto de niñera. Lo que Sami no sabía es que sería el trabajo más exigente hasta ahora y que no dejaría...