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¡Disfruta el capítulo!

Sami regreso a casa después de visitar a Sara se sentía aliviada de verla sonriendo y con las mejillas del mismo color que su cabello.

Sorprendentemente Even había comenzado a llegar temprano y ayudarle después del incomodo episodio de la bañera, al parecer Sami estuvo tan dormida que no se dio cuenta de que Even rompió las bisagras de la puerta del baño; también se ofrecía cuidar a Itai para que ella pudiera bañarse e incluso había cambiado unos pañales.

Ayer cenaron juntos y le dijo que Henry, se recordaba que el director Ferad era amigo cercano de los Facio, le ayudaría a reparar la puerta del baño.

Avances eran avances.

Esa tarde por fin había salido de sus vestidos vintage y faldas largas que consiguió después de su primera semana de sueldo, para meterse en los únicos leggins deportivos que tenía. Hoy practicaría ejercicios de estimulación temprana.

Itai estaba acostado de espaldas sobre las mantas, que ella puso en el suelo de lona del gimnasio de Even, balbuceaba mientras jugaba con sus manos en la boca.

—Okay Itai ambos vamos a ejercitar las piernas y no solo el cerebro. Por cierto, ¿sabías que no solo tienes neuronas en tu sistema nervioso? La mayoría de las personas ignoran a la glía. Tenemos astrocitos, oligodendrocitos, células de schwann y la microglía, todas ellas son la caña.

Itai volvió a balbucear, ya no tenía arrugas ni la piel rojiza, su piel era más clara y parecía como si se hubiera rellenado por todo su cuerpo. Era una cosa hermosa lleno de grasa y agua típica de la morfología de los bebés.

—Estoy saturándote de información, es que es muy fácil hablar contigo, sigamos en lo nuestro. Desarrollo psicomotor boca abajo para tus semanas de nacido puedes sostener la cabeza por unos instantes señal de que estas creciendo bien.

Con cuidado coloco a Itai boca abajo y espero.

Él sostuvo su cabeza por unos instantes de forma perfecta y luego volvió a dejarla contra el piso.

—Ese es mi chico listo.

Tomo las piernas del bebé y las elevo mientras le explicaba sobre la hipertrofia e hiperplasia celular que se presentaba en el periodo de crecimiento y aunque el bebé no tuviera idea de lo que estaba hablando, Sami veía esa chispa de inteligencia en sus ojos, y no, no era porque tal vez todos los padres veían eso en sus hijos. Itai realmente era un genio, no solo era inteligente, era una compañía constante.

Recordaba la manera en la que Anaria miraba a Jake, de una forma que cualquiera podría ver todo lo que ella sentía, como él era su vida, cuando fue a bañarse no pudo ocultar la ola de tristeza que la invadió, el dolor en su pecho y reclamándola de vuelta. Ella ya no tenía a nadie que la mirara como Anaria miraba a Jake.

Varias veces en las que ella se sentaba a comer no podía evitar el impulso de poner un par de platos más y quedarse viendo los sitios vacíos y luego empezar a llorar. Tal vez era una forma de torturase o de recordar e intentar sentirse menos sola. Tal vez era una forma de aferrase o una de liberar lágrimas.

No lo sabía.

También lloraba frente al piano, en lo que parecía ser una sala de descanso ¡Ja! Como si Even descansara.

A su madre le gustaba tocar el piano y a su padre escuchar, uno de los pocos recuerdos que se conservaban intactos sobre su niñes.

Cuando fallecieron y ella se quedó con sus abuelos paternos la música también sonaba seguido. La casa contaba con un piano modesto y los doctores Watson bailaban: jazz, danzón, vals e incluso tango de vez en vez. La llevaban a ese club de baile donde ella era la unica niña y después la unica adolescente entre adultos mayores le enseñaron a bailar los clásicos; incluso su tía Ana, con su estilo latino, bailaba con ella. Siempre reconocía el sonido del piano, pero nunca pudo tocar algo decentemente.

Con amor y buenas intencionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora