Del Cielo al Infierno

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- Roseanne... Hey, Roseanne, despierta - abrí los ojos lentamente, tratando de acostumbrarme a la luz que prácticamente me cegaba. - Eso es... muy bien.

Ajusté mis ojos lo más que pude y vi el rostro de mi hermana delante de mí. El pánico me invadió.

- Joy, ¿qué haces aquí? - Traté de ponerme de pie casi cayendo en el intento.

- Hey... tranquila. Todo está bien. - dijo ayudándome a sostenerme.

- Tú no deberías estar aquí. Si Padre se entera...

- Shhh... Roseanne... Tranquila - dijo acariciando mi rostro. Echaba de menos sentir sus caricias, mi hermana siempre lograba reconfortarme.

Caminamos juntas hacia el sofá de mi departamento donde pude sentarme y sentirme algo más aliviada. El dolor en mi espalda era insoportable, rayos, debí quedarme dormida en el maldito suelo.

- ¿Estás bien? - me dijo colocando un mechón de pelo detrás de mi oreja.

- He estado mejor, supongo - murmuré tomando a Hank en brazos y colocándolo en mi regazo. - ¿Quién es el perrito más bueno del mundo? - acaricié la pequeña cabeza de Hank que inmediatamente se ponía panza arriba para que lo acariciara.

- Roseanne...

- ¿A qué has venido Joy?

- Te echo de menos... solo estaba preocupada por ti.

- Has vuelto a espiarme ¿no es así? - la miré divertida.

Ella asintió con la cabeza gacha.

- Sé que la viste...

Suspiré profundamente... Genial, acababa de despertar y ya la tenía nuevamente en la mente.

- Joy... por favor, debes dejar de hacerlo. Temo que Padre no sea tan misericordioso esta vez. No quiero que ninguno de vosotros acabe como yo. - dije apretando su mano.

Ella negó con la cabeza. - Roseanne... te entregaste por amor, hiciste algo muy valiente al...

- Lo perdí todo Joy, lo perdí por una mentira. 

Los recuerdos aparecieron en mi mente como si hubieran estado esperando el momento perfecto para salir a flote. Si yo pensaba que la traición de Lisa había sido suficiente para mi corazón, lo que ocurrió aquel día terminó con cada trocito de mí.

Flashback

Corrí por las escaleras hasta el último piso del edificio sujetando un pequeño pergamino en mi mano. Sabía lo que significaba haberlo recibido, sabía lo que suponía para mi destino, pero por más que había intentado, todo me había llevado al mismo sitio, a sus brazos.

Exhausta abrí la puerta que me llevaba a la azotea. Con la mano traté de cubrirme de aquel brillo tan fuerte que era capaz de cegar con solo un destello. Cuando por fin pude ajustar mi visión observé a mis hermanos de pie.

- Roseanne... - la voz de Chanyeol sonó seria. Me acerqué lentamente hasta quedar frente a él, con la mirada en el suelo, sabiendo lo que vendría a continuación.

- Hermano, lo siento... - murmuré tratando de controlar mis lágrimas.

Él me miró con tristeza, pero se acercó y me abrazó con fuerza. Era incapaz de mirarlo a los ojos, sentía que lo había decepcionado. Sabía que estaban preocupado, Jimin me lo había dicho pero yo simplemente no podía ver más allá.

Durante mi estancia en la Tierra había rezado en varias ocasiones contándoles mis aventuras. Sentía que estaba descubriendo el mundo como una niña pequeña, pero sin darme cuenta estaba sintiéndome más unida a alguien, a Lisa. No sé en qué momento exacto fue, puede que me haya enamorado de ella en el momento en que sus ojos se cruzaron con los míos. Lo que sabía era que esa curiosidad que había nacido con una mirada, poco a poco se fue transformando en una necesidad de estar cerca de ella, de conocerla, de descubrirla... Solo sabía que quería hacerla feliz. Había sentido su tristeza desde el principio,  lo supe en el momento en que mis ojos se cruzaron con los suyos. No se me estaba permitido leerlos, y sin embargo, yo lo había hecho. Esa había sido la primera de las normas que me salté. 

Reminding you the taste of HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora