Clara descansaba junto a su esposo esa noche recordando su pasado, no sabía si sentirse culpable con lo que vino después, pero al menos Wezen siempre la apoyó, y aunque el remordimiento solía matarla por las noches, su único consuelo era que ese sujeto ya no estaba para dañarlos a ella y a su hijo.
Wezen podía estar loco pero si algo había aprendido de él, era que muy difícilmente lograba equivocarse.
Su experiencia con el mal y con su larga vida le habían dado las bases para poder identificar cuándo una situación no tenía más solución.
Y en ese caso, matar era la opción.
Agradecía profundamente el hecho de que Wezen le aceptara pese a su accidente, hombres así costaba encontrarlos y sabiendo que el sujeto tenía tendencias psicopáticas, del que menos se esperaba una actitud responsable era de él.
Y aun así se portó de maravilla, no dudó en contraer matrimonio con ella y le dio el mejor cuidado durante su embarazo.
Tuvo que trabajar hasta dos turnos y sacrificar un semestre para poder reunir lo suficiente para mantener al bebé.
Ella se graduó después que él, ya que luego de que nació Matthew tuvo que cuidarlo.
Cuando él logró graduarse se encargó del bebé para que ella siguiera estudiando.
El único problema era que Matthew le tenía un terror inmenso, no paraba de llorar al estar cerca de él y aunque Wezen intentaba ganarse su confianza, el bebé nunca quiso nada con él.
Clara notaba un sentimiento de culpa de su parte. Cada vez que veía a Matthew lucía triste o aterrado, como si algo horrible le viniera a la mente.
—Tengo miedo de hacerle daño —Fue lo que en una de esas tantas veces le expresó.
Cuando le preguntó la razón, Wezen no quiso hablar del tema, pero sentía que ocultaba algo, algo serio, algo oscuro.
Él nunca le dijo nada, se reservaba esa información, pero siempre que estaba con Matthew le invadía el sentimiento de culpa.
Ella deseaba que algún día pudieran convivir mejor, que se llevaran como muchos padres que eran recibidos por sus hijos con emoción e intercambiaban abrazos y jugaban a algún juego de pelota, algo común.
Pero la relación entre Wezen y Matthew siempre fue áspera, había un conflicto allí y no sabía cuál era.
El detalle era que Wezen no parecía ser el problema. Matthew era quien siempre tomaba su distancia a pesar de que su padre intentaba consentirlo.
Y luego estaban los dibujos, esos dibujos decían algo extraño.
Ella sabía que Wezen escuchaba voces que obtuvo por su pasado como brujo pero en los dibujos, a pesar de que Matthew no sabía mucho del tema, solía plasmar en ellos unas manchas negras alrededor de su padre.
Eso le hacía pensar que en verdad había algo que perseguía a Wezen, y ese algo era aquello que tanto asustaba a su hijo.
A Clara le hubiese gustado poder encontrar una forma de liberar a Wezen de esa maldición.
Pero siendo éste un hechicero poderoso, si no lo había logrado era porque no estaba tan fácil.
Algo que sin duda solía asustarla un poco era el hecho de que éste a veces hablaba dormido en otra lengua.
Si no, a veces se sentaba en la cama como si se hubiese despertado pero estaba dormido. Ella lo despertaba, era lo que él le dijo que hiciera.
Pero a veces esas cosas le daban miedo porque no sabía si era él quien hacía esas cosas o si se trataba de otro ente que se apropiaba de su cuerpo.
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El psiquiatra de la muerte
ÜbernatürlichesLas enfermedades mentales no son lo que parecen. Un misterioso psiquiatra cuyos antecedentes pasados se entrelazan con las más oscuras artes descubre un hecho de corrupción que involucra a los pacientes mentales que son confinados a vivir el resto d...